Con los unos o los otros, los tiempos saben a cansancio; pesan los interminables días de elecciones, las anunciadas convenciones, los precios que suben y suben, sin esperanzas de que algún día puedan estar al alcance de todos y todas, por lo menos de esa mayoría que cada día reza con fuerzas cuando pide “el pan nuestro”.
Los potenciales de cada candidato pujan por revelarse más que nunca en estos
días y aunque las personas quieren creer, se hace muy difícil…
De todos modos, se esperaban los cambios, que según los clásicos, deben conducir al desarrollo: ¿siempre?…Hasta la dialéctica confunde. Pero, yendo al tema, en Educación, sobre todo, la sociedad dominicana esperaba cambios. Se trataba de una cartera en constantes escándalos, si no era el desayuno escolar, eran los textos integrados, las escuelas, los maestros…
Esta vez, con Josefina Pimentel, después de su permanencia en el Instituto de Formación Técnico Profesional (INFOTEP), nombrada ahora como ministra de
Educación, se esperan cambios cualitativos. Se habla de esperanzas en un buen trabajo, porque Educación requiere algo más que experiencias, dedicación y voluntad. Se precisa entrega sistemática, un trabajo que se ajuste a lo que el país requiere y espera, además.
Los medios de comunicación nacionales hablan de una posible actitud del
presidente Fernández antes los reclamos de los maestros. Pero, son muchas las exigencias que la otrora subsecretaria de asuntos pedagógicos, especialista en Administración y Planificación de la Educación y de sobrada experiencia docente, debe llevar a cabo.
Se impone una regularización de los horarios de clase, que la docencia retorne a las aulas; que los niños no enfermen al recibir el imprescindible alimento de las mañanas; que el tema de los libros tenga respuesta lógica y, sobre todo, que recuerde al Presidente de la República que invertir el 4% del PIB a la Educación, significa no sólo cumplir con la ley, sino una parte ínfima de cuanto necesita el país para su propio desarrollo.
Muchos desafíos tiene ante sí doña Josefina Pimentel ante el pueblo dominicano.