El vetusto Anfiteatro de Altos de Chavón se vistió de gala al servir de escenario del segundo ceremonial del Salón de la Fama del Béisbol Latino, en donde grandes luminarias latinas alcanzaron la inmortalidad en una noche llena de esplendor y solemnidad. Cabe destacar que este ceremonial llevó una especial dedicatoria al fenecido George Steinbrenner, propietario de los Yankees de Nueva York.
Figuras de la talla de Roberto Alomar, Fernando Valenzuela, Dennis Martínez, Andrés Galárraga, Edgar Martínez, Manny Sanguillén y Mariano Duncan, quien representó a Ricardo Carty, entre otros, dijeron sentirse honrados y orgullosos de formar parte del nicho de los inmortales del Salón de la Fama del Béisbol Latino. Asimismo, este magno evento convocó grandes luminarias activas y retiradas que escribieron páginas gloriosas en la historia del béisbol. Todas estas luminarias expresaron, por separados, cuan orgullosos y honrados se sintieron al ser exaltados al Salón de la Fama del Béisbol Latino. También hicieron énfasis en el hecho de que los jugadores latinos sean tomadas más en cuenta por parte de la Asociación de Escritores del Béisbol de Estados Unidos, pues, según explicaron, hay varios de ellos que merecen ser exaltados a Cooperstown, tales como Luis Tiant, David Concepción, Rafael Palmeiro, entre otros.
Asimismo se abordó el tema de los esteroides y hasta qué punto se debe penalizar a un atleta que ha puesto grandes números, como es el caso de Barry Bonds, el cual fue mencionado por Felipe Alou, quien es de opinión que Bonds era ya un Salón de la Fama antes de estar implicado en el uso de sustancias prohibidas.
Hubo momentos de mucha emotividad, como, por ejemplo, en el momento en que Andrés –El Gato-Galarraga habló de la batalla que libró contra el cáncer (linfoma) que le aquejó y destacó el gran papel de su familia ante dicha enfermedad y lo gratificante que resultó para él el hecho de retornar a las Grandes Ligas y ganar el Regreso del Año. De igual forma, Orestes –Minnie- Miñoso y Luis Tiant hablaron del papel del jugador latino en Las Mayores y lo difícil que resultaba establecerse en ese entonces por la discriminación que imperaba. El panameño Manny Sanguillén habló de las vicisitudes que tuvo que pasar para establecerse como catcher de planta de los Piratas de Pittsburgh, en tanto que el Nicaragüense Dennis Martínez expuso lo grandioso que fue para él quebrar la marca de más victorias para un lanzador latino y de la entrega y el sacrificio que tuvo que hacer para ver materializado su sueño en las Grandes Ligas. Luis Clemente, hijo de Roberto Clemente, habló del rol que debe jugar la prensa en aras de crear conciencia y respaldar la labor de los jugadores latinos para ser tomados en cuenta en Cooperstown y, finalmente, el mexicano Fernando Valenzuela resaltó la gran labor de los jugadores latinos en las Grandes Ligas y ponderó positivamente la creación de este Salón de la Fama del Béisbol Latino, y el papel que debe desempeñar el mismo, a fin de que los latinos sean valorados en su justa dimensión en las Grandes Ligas.
El centro de atención lo fue, sin dudas, Alex Rodríguez, quien, desde que hizo acto de presencia en el Anfiteatro de Altos de Chavón, logró llamar la atención y cautivar la mirada de todos los allí presentes en tan solemne ceremonial. Rodríguez recibió un premio especial por su liderazgo y gran desempeño en su carrera en las Grandes Ligas y por el hecho de convertirse en el jugador más joven en llegar a los 600 bambinazos. La otra gran figura de la noche la fue el puertorriqueño Roberto Alomar, quien fue recientemente exaltado al Nicho de los Inmortales de Cooperstown y previamente había sido también exaltado al Salón de la Fama del Béisbol Latino.
Roberto Weill y Rafael Avila, fundadores del Salón de la Fama del Béisbol Latino, expusieron, por separado, detalles de la metodología llevada a cabo en lo que respecta a la ponderación de los jugadores exaltados. Pusieron de manifiesto que el Salón de la Fama del Béisbol Latino es parte de Cooperstown y no una competencia. Ambos destacaron que este Salón de la Fama del Béisbol Latino influirá de manera positiva en el ánimo de la Asociación de Escritores de Bésibol de Estados Unidos y que los jugadores latinos serán tomadas más en cuenta a la hora de una eventual ponderación hacia los jugadores latinos. Indicaron que, a diferencia de Cooperstown, el tiempo establecido para que un jugador opte por la elegibilidad es de 4 años, en vez de 5 como se estila en el Salón de la Fama de Cooperstown.