Apenas bajó de su Chevrolet como flamante campeón de TC con sólo 20 años, Agustín Canapino empezó a sentir que arrancaba un nuevo capítulo en su vida. Por si le quedaran dudas fue su padre el primero en decírselo en el mismo Parque Cerrado del Autódromo Gálvez. “A partir de ahora muchas cosas van a cambiar en tu vida” fue la frase con la que Alberto acompañó la felicitación a su hijo.
Vaya si cambiaron las cosas para Agustín, que desde ese momento no para de recibir elogios, asistir a agasajos y recibir propuestas. Lo asume con la misma tranquilidad con la que enfrentó la caliente definición del TC, aunque por un instante pida por la tranquilidad y distensión de un día libre con un paseo en lancha en el río Paraná. También deportivamente su imagen pasó a tener otra dimensión y esto lo reconoció Canapino.
“De no haber sido campeón de TC, tal vez no hubiese tenido la oportunidad de llegar al equipo Chevrolet de TC 2000” admitió Agustín, sobre la última gran novedad que lo tuvo como protagonista y que desde el próximo año lo hará defensor “chivo” por partida doble en las dos categorías más importantes del automovilismo argentino.
“Será una gran alegría porque desde chico soy hincha de Chevrolet” destacó Canapino con un entusiasmo que, sin embargo, no le hizo desconocer la doble responsabilidad que tendrá en el 2011: defender con su equipo el título de TC y consolidar su nombre en el TC 2000. A esto agregará su recientemente confirmada continuidad en el Top Race V6, junto con el SporTeam, donde también apuntará al título con el antecedente de haber sido ganador de 5 de las últimas 6 carreras.
“Casi no tendré domingos libres, pero tengo que aprovechar este buen momento” explicó Agustín, que a diferencia de sus colegas no creció automovilísticamente entre kartings y monopostos, sino con muchas horas de simuladores. “Me enseñaron cómo encarar curvas y frenajes pero básicamente a mantener la concentración. Igual no fue tan fácil porque cuando pasé a la práctica con las sensaciones y las dificultades de un auto de carrera tuve algunos problemas para adaptarme y sufrí algunos despistes” aclaró sobre un método de aprendizaje que valora mucho y que no abandona pese a su presente de fama y éxitos.
Flamante exponente de esa Cuna de Campeones que es Arrecifes, Canapino tiene una particular explicación al por qué dicha ciudad bonaerense genera tantos campeones en el automovilismo. “Hay una pasión que contagia” destacó Agustín, quien también integra la primera línea de esa avanzada de jóvenes que este año invadieron los primeros planos del automovilismo local. Entre ellos, Agustín plantó una bandera que será muy difícil igualar: fue el campeón más joven en la historia del TC. Y dice que en el 2011 va por más.