El inquieto periodista dominicano Enrique Rojas pasó balance a las reuniones de Grandes celebradas esta semana en Orlando, Florida. Por considerarlo de interés, DH se lo publica íntegro a sus lectores:
LAKE BUENA VISTA, Florida.- Walt Disney World es el lugar en donde "los sueños se convierten en realidad" y eso fue precisamente lo que ocurrió a los Medias Rojas de Boston y el jardinero Jayson Werth durante las Reuniones de Grandes Ligas que concluyeron el jueves en el complejo hotelero Swan and Dolphin.
Pero para los Rays de Tampa Bay y la pregonada paridad competitiva de que tanto alardea el comisionado Bud Selig, los últimos cinco días fueron una pesadilla de proporciones apocalípticas.
Durante las Reuniones Invernales, dos equipos de la División Este de la Liga Americana –Boston y Yankees de Nueva York– gastaron y/o comprometieron alrededor de $600 millones de dólares en cinco jugadores, mientras que el líder de la división en dos de los tres años anteriores –Tampa Bay– no solamente se resignó a dejar marchar a sus principales estrellas que son agentes libres, sino que incluso tuvo que cambiar por no poder pagar a su torpedero de US$4 miserables millones.
Esa es la triste realidad de las Grandes Ligas, un circuito de $7 billones (7 millardos, 7 mil millones) que en el 2011 tendrá dos equipos con nóminas salariales de US$200 millones como Yankees y Medias Rojas jugando contra otros que rondarán los US$30 millones como Pittsburgh y Tampa Bay.
El hecho de que los Medias Rojas puedan adquirir al inicialista mexicano Adrián González y al jardinero Carl Crawford y garantizarles pagos por cerca de US$300 millones y que los Yankees además de retener sus estrellas (Derek Jeter y Mariano Rivera) también ofrezca US$150 millones a Cliff Lee es bueno para la gran rivalidad que tienen esos dos clubes y para el béisbol, pero no es tan bueno como lo malo que es que Tampa Bay tenga que desmembrar un buen equipo relativamente barato.
Pero vamos a dejar que sean Selig, los clubes y la Asociación de Peloteros los que se preocupen del balance competitivo y vamos a declarar nuestros ganadores y perdedores de las Reuniones Invernales 2010 en base a movimientos y sus posibles repercusiones en las próximas temporadas.
LOS GANADORES
Los Medias Rojas integraron a una buena alineación a dos peloteros jóvenes, talentosos y versátiles como Crawford y González y sin importar lo que pase el resto del invierno desde ya son favoritos a un puesto en los playoffs, como campeones divisionales o como Wild Card.
Werth, un jardinero de 31 años que batea .272 en su carrera y que nunca ha empujado 100 carreras –ni porque jugaba en Filadelfia, donde tienen una de las mejores alineaciones y uno de los estadios más pequeños del juego– recibió un contrato de $126 millones de dólares por siete años de los Nacionales de Washington.
Werth es un buen pelotero, pero Washington le pagará como una súper estrella y por un plazo demasiado largo.
El zurdo Lee, quien fue señalado como el principal objetivo de los Yankees desde antes de terminar la temporada pasada, aumentó su valor a un ritmo de $10 millones diarios (de $120 a $130 a $140 a $150) durante los encuentros invernales. Y el reloj sigue corriendo.
Aunque no será agente libre hasta el próximo otoño, el dominicano Albert Pujols fue uno de los grandes ganadores de las Reuniones Invernales. No hay forma de evaluar a ciencia cierta hasta qué punto los $126 millones de Werth, los $142 de Crawford y los $150 o más que vienen pronto para González y al lanzador Lee afectarán positivamente el valor de Pujols, el mejor jugador del béisbol sin discusión actualmente.
Pero eso es algo que los Cardenales de San Luis, el equipo de Pujols, sabrá muy pronto.
LOS PERDEDORES
Los Angelinos de Anaheim tienen el dinero y la disposición de gastarlo, sin embargo llegaron y se fueron de Lake Buena Vista con las manos vacías. Eso no quiere decir que aún no puedan corregir el asunto, pero al menos tres de sus opciones –Lee, Crawford y Werth– ya están descartadas.
En el plano real, nadie perdió más que Tampa Bay, que además de ver partir a Crawford, Carlos Peña, Joaquín Benoit y pronto a Rafael Soriano, Grant Balfour y Willy Aybar como agentes libres, también intercambió al torpedero Jason Bartlett a San Diego.
Los populares Dodgers de Los Angeles, una de las franquicias más emblemáticas, exitosas y amadas de Estados Unidos solamente sale en los periódicos ultimádamente cuando sus dueños, el pintoresco y disuelto matrimonio McCourt, va a una corte a prolongar el negro episodio con que mancha la honra del club.
Es verdad que los Dodgers firmaron al nicaragüense Vicente Padilla, pero la noticia más importante alrededor del equipo en los últimos 4 días fue la decisión de un juez de invalidar un acuerdo postnupcial que le daba a Frank McCourt la propiedad única de los Dodgers, abriendo el camino para que Jamie McCourt exija la mitad de la novena.
Supuestamente, la decisión no debería afectar las operaciones del equipo, pero en la práctica Frank puede contratar a Padilla y Jamie despedirlo. ¡Gulp!
La decisión del juez Scott Gordon alegró a Jamie, enojó a Frank y alargó la agonía pública de los Dodgers.
Por la exagerada desigualdad en el gasto, no intervenir a tiempo a los Dodgers y otros episodios menores, el béisbol fue el principal perdedor en Disney "donde los sueños se convierten en realidad", especialmente para Boston y Werth.