El Banco Agrícola aseguró que el estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) “La ruta hacia el crecimiento sostenible en la República Dominicana”, a pesar de su importancia en términos generales para el país, tiene imprecisiones en las cifras que presenta sobre el financiamiento agropecuario, que es necesario aclarar.
El ingeniero Paíno Abreu Collado, administrador del Banco Agrícola, expone en una comunicación enviada a Manuel Labrado, representante del BID en el país, que la cartera de préstamos del Bagrícola en el campo en el 2008 representó un monto de 7,736.1 millones de pesos, sin embargo, el documento de ese organismo interamericano establece la suma de 6,000 millones de dólares, lo que es un grave error.
Señaló que otro aspecto a corregir en el documento del BID, es lo referente a la morosidad del Banco Agrícola en los años 2002 y 2003, donde indica que fue de 9.0 y 8.0 por ciento, respectivamente, cuando el resultado real fue de 50.0 y 63.0 por ciento, niveles vergonzosamente récords en la historia financiera agropecuaria dominicana.
Abreu Collado expone que, también, el estudio del BID resalta que en el 1998 la morosidad del Banco Agrícola llegó a 48.0 por ciento, período en el cual registró un promedio de 19.0 por ciento. Precisó que es una realidad incontrovertible, que en los gobiernos del doctor Leonel Fernández la gestión del Bagrícola ha mejorado sustancialmente todos los indicadores financieros, colocándose actualmente en la ruta del saneamiento total, en cumplimiento de la Ley Monetaria y Financiera y de las normas prudenciales.
Afirmó que en torno a otro señalamiento del documento, es necesario aclarar que el Bagrícola orienta préstamos agroforestales, pero la demanda es muy baja, respecto a la de rubros alimenticios de corto plazo, no obstante, es considerado de prioridad por su alta contribución a la protección del medio ambiente.
El administrador del Banco Agrícola observó que, también, es válido aclarar en lo relativo a financiamientos a productores de la Reforma Agraria, que en la medida en que a estos les son entregados los títulos definitivos, sus operaciones se registran como otro producto, ya que según la ley, a partir de ese momento pasan a ser pequeños productores privados como cualquier otro propietario.
Abreu Collado indica que, empero, el BID resalta correctamente en el estudio la gran presencia estatal en el financiamiento agropecuario, correspondiendo al Banco Agrícola el mayor aporte crediticio a la cartera global en la zona rural.
Sostiene que en ese sentido “es importante agregar que la casi totalidad de nuestra cartera está orientada a la producción en el sector agropecuario, y que de la participación de la banca múltiple responde mayormente a la comercialización mediante el sistema de pignoración de arroz y de otros rubros”.
El administrador del Banco Agrícola destaca que comparte el resto de las consideraciones expuestas en el capitulo 10, y sobre todo en lo relativo a lo sensible que es la disponibilidad de crédito para el sector agropecuario, ya que buena parte de la actividad del sector requiere de un período largo de espera antes de generar ingresos.
Destaca que ese aspecto de la sensibilidad desmotiva a las instituciones financieras privadas a canalizar recursos hacia el sector agropecuario.
El estudio “La ruta hacia el crecimiento sostenible en la República Dominicana” bajo el lema de “Fiscalidad, competitividad, electricidad” del Banco Interamericano de Desarrollo fue dada a conocer recientemente en un acto donde participaron, representantes de ese organismo en el país, los ministros de Hacienda y de Planificación, Economía y Desarrollo, licenciado Vicente Bengoa y el ingeniero Temístocles Montás, respectivamente, Abreu Collado y otras autoridades del Gobierno.
El documento presenta una visión general de la economía dominicana, las finanzas públicas y sostenibilidad, infraestructura, protección social y educación y el marco institucional del país.
