Mientras se refuerza el cordón preventivo domínico- haitiano en la zona fronteriza, a fin de cumplir con las medidas de higiene y controles establecidas por las autoridades de Salud Pública en el país, muchos se preguntan dónde están esas ayudas prometidas por los países desarrollados y que debían potencializarse en estos momentos hacia Haití.
La unión de países suramericanos y otras naciones del continente han enviando ayuda, ni decir cuánto apoya la República Dominicana, pese a sus deteriorados servicios de salud pública. Pero, sólo se están torciendo las ramas, el tronco y origen del mal sigue multiplicándose y los casos de cólera se diseminan sin pudor en el vecino país.
Se habla de un cólera importado. Pero, ¿quién lo importó? ¿Representantes de organizaciones humanitarias que venían de África a ayudar y la trajeron consigo?
Evacuaciones o sea defecaciones al aire libre son causas suficientes para que la bacteria del cólera se transmita, entre uno y cinco días, que es el tiempo en el cual se lleva a cabo esta contaminación. Conocemos cuán precarias son las condiciones sanitarias en el territorio haitiano y el poco acceso, por no decir casi ninguno, al agua potable y alimentos esenciales desinfectados.
Los especialistas hablan de este tipo de cólera, ante el cual los antibióticos son ineficientes. Hasta la fecha, vecinos de la frontera han afirmado su desconocimiento sobre el contagio y otros expresan su inconformidad por las pérdidas en ventas y transportación de pasajeros de un sitio a otro.
Sin embargo, el fantasma del cólera avanza y cobra víctimas, que ya son más de trescientas. La enfermedad produce diarreas abundantes que pueden deshidratar totalmente y llevar al paciente a la muerte. Los lineamientos y orientaciones del ministerio dominicano de Salud Pública deben observarse con seriedad y disciplina. Recordar que el agua que se bebe tiene que ser de calidad y hervida en los propios hogares; lavarse las manos con agua y jabón y en las oficinas y hospitales utilizar geles desinfectantes.
Las acciones no pueden ser otras. Finalmente, cada medida resulta imprescindible ante la situación que se vive de emergencia.