Ni el turismo es prioridad autoridades en Isla Saona

Isla Saona, La Altagracia.- El flujo de los turistas en esta localidad se ha reducido de manera considerable debido a la crisis económica, el desinterés del gobierno y la falta de solución a los problemas de los servicios básicos que son necesarios para brindar un mejor escenario a los visitantes, lo que ha obligado que decenas de personas que vivían del turismo hayan tenido que abandonar el lugar.

Este grave problema por el cual atraviesa la comunidad de Mano Juan, se debe a la falta de interés de las autoridades para resolver las necesidades básicas de los habitantes de la comunidad, que ha provocado que el sector turístico perezca.

Entre los principales inconvenientes y que tienen al grito a los comerciantes, restaurantes y los pocos centros de diversión en la Isla Saona, es la falta de agua potable, los apagones y las malas condiciones del puerto, que han provocado que esa comunidad no sea un atractivo turístico como en otros tiempos.

Pero la mayor demanda de los munícipes de la comunidad de Mano Juan y que anhelan una solución inmediata es a la falta de agua potable, la cual se ha convertido en el “tendón de Aquiles” y la principal causa de la baja asistencia de visitantes a la zona turística.

Los pocos negocios que han podido sobrevivir en Mano Juan lo han hecho por la inversión que han tenido que realiza en la compra de plantas eléctricas.

Otros de la situaciones por la cual atraviesan los munícipes de Mano Juan es con la reparación de la viviendas, ya que el ministerio de Medio Ambiente se reúsa que lo dueños de los hogares realicen las remodelaciones.

Se recuerda que el pasado 3 de mayo del 2009 el gobierno anunció que reconstruirá unas 84 casas ubicadas en la isla Saona, un embarcadero, senderos ecológicos e impartirá educación en bilingüe como parte de un proyecto que busca remozar esa comunidad y relanzarla turísticamente, pero todo quedo en promesas, ya que solo los frente de los negocios y viviendas cercanas a la playa fueron reparadas.

Los habitantes de Mano Juan, aún no han podido realizar los trabajos de reparación de sus viviendas, ya que las reconstrucciones estarían a cargo de los ministerios de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Obras Públicas, Turismo, Educación, el Instituto Nacional de la Vivienda (Invi) y la Marina de Guerra.

Para la señora María Magdalena de Amparo, nativa de la isla, reveló que se le hace difícil a sus 76 años de edad recordar si en la comunidad se ha vivido anteriormente una situación tan difícil como la que hoy traspasan los munícipes de Mano Juan.

“Para yo vivir de la playa tiene que haber movimiento de dinero, pero la falta de turistas ha provoca que ni se mueva las hojas de las matas”, sentenció Amparo.

Dijo que la situación de la falta de agua potable y energía eléctrica ha inducido el cierre de varios negocios.

Señaló que el servicio de energía eléctrica que reciben de tres horas al día por la noche no es suficiente para mantener bien refrigerados los productos. Asimismo, añadió que los fines de semana los habitantes de Mano Juan sólo cuentan con dos horas de energía para que las mujeres puedan lavar y en muchas ocasiones tienen que hacerlo a manos.

Amparo sostuvo que lo que ha conseguido ha sido a duras penas para mantener a sus hijos y comprar una planta eléctrica para no irse a la quiebra como le ha sucedido a varios munícipes nativos de la isla, que han tenido que desplazarse por la difícil situación.

La comerciante declaró que la población mantiene un conflicto con el Ministerio de Medio Ambiente por la oposición de esta institución a que los munícipes realicen la remodelación de los negocios y las casas. Indicó que el Ministerio de Medio Ambiente reparó el frente de los negocios y de las viviendas tradicionales, pero la parte trasera de los establecimientos y los hogares se está cayendo a pedazos.

“El Ministerio de Medio Ambiente está como la canción de Raymond Pozo, que le lavó las caras a las casas y a los negocios, pero al mono no, al no permitir que los dueños realicen las reparaciones de las viviendas de forma completa”, explicó.

Expresó que entiende que la medida es una política para crear el desencanto de los habitantes nativos para que pierdan las ilusiones y de una manera u otras vayan partiendo para que otro sector se apodere de la zona.

Acusó al ministro de Medio Ambiente, Jaime David Mirabal, de la situación, porque en varias ocasiones en la que ha visitado la isla, su actitud es prepotente y sólo actúa y no dialoga con las personas de la zona.

Explicó que tiene un terreno donde pretendía construir la casa de su hija embarazada, pero que el ministerio le prohibió sin ninguna explicación la continuación de la obra. Señaló que donde se encuentra ubicado el solar no afecta, ni contradice reglamentos, ni la ley de protección ambiental.

“Cuando una gente no puede ni siquiera clavar un clavo para reparar el techo donde vive, eso quiere decir que existe una intención clara de que buscan que las personas se vayan del lugar”, concluyó.

Amparo llamó a las autoridades de Medio Ambiente y Salud Pública para que solucionen el problema de una laguna existente en la cercanía del punto central del turismo, que en los tiempos de lluvias provoca la contaminación de la zona y la reproducción cientos de mosquitos.

Historia de la Saona

La más grande de las islas adyacentes a la República Dominicana, pertenece a la provincia La Altagracia y es parte del Parque Nacional del Este.

Adamanay fue el nombre dado a esta isla adyacente al Parque Nacional del Este por los indígenas taínos. Cristóbal Colón pisó el suelo de la isla por primera vez el 14 de septiembre del 1494, durante su segundo viaje, y la nombró Bella Savonesa en honor al savonés Miguel da Cuneo (Miguel da Cunio), quien advirtió que se trataba de una isla independiente de la entonces ya nombrada La Española.

La isla también es de gran atractivo turístico por sus hermosas playas y bellezas naturales, existen dos asentamientos humanos permanentes, los poblados de Mano Juan y Catuano. Mano Juan es un pueblo pescador de casa de madera y Catuano es una playa que cuenta con un destacamento de la marina de guerra.

La superficie de la isla es de 110 kilómetros cuadrados. Posee preciosos arrecifes coralinos, lagunas costeras, una gran diversidad de aves y especies de reptiles, y tiene también interesantes yacimientos arqueológicos y cuevas que eran utilizadas por los taínos.

Según el último censo de población y vivienda, su población es de aproximadamente 500 habitantes con apenas 67 casas de familias que se sostienen, fundamentalmente, de una variada pesca. La isla contiene un alto porcentaje de especies endémicas y riqueza florística.

De las 539 especies reportadas en el Parque Nacional del Este, la mayoría se encuentra en este lugar. En la zona aparecen varias asociaciones de especies vegetales, las cuales integran diferentes ecosistemas, entre los que se pueden distinguir los bosques semi-húmedos, matorrales, y los manglares o bosques salados, que se componen de cuatro especies neotropicales: mangle negro, rojo, blanco y botón.

En esta isla se encuentra la famosa Cueva de Cotubanamá, nombrada en memoria del cacique taíno a principios del siglo ХVI, quien huyendo de las matanzas de Nicolás de Ovandodecidió sin mucho éxito buscar refugio en la isla, siendo capturado y ejecutado.

En la Saona también se han identificado especies de tortugas marinas incluyendo caguamas, careyes, tortugas verdes y tinglar. Entre las aves se pueden apreciar gaviotas playeras, zancudas, la paloma coronita, y la cotorra verde, la cual está en peligro de extinción. Otros fascinantes animales como la iguana rinoceronte, el manatí, el delfín y el murciélago pescador son también parte de los habitantes de la isla.

Se han reportado 40 especies de peces, 10 de corales, y 124 de moluscos, calificando la zona como una de las más importantes reservas ecológicas del país.

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