Isolina Alonso (Choli), se ha convertido en una ciudadana del mundo. Nacida en Cuba, vivió en Estados Unidos, Puerto Rico e Italia y desde hace nueve años reside en la República Dominicana, aunque periódicamente, se traslada hacia los señalados países para impartir sus seminarios.
Invitada por el equipo de conducción del programa Qué pasa hoy, del multimedios DominicanosHoy.com, la nutrióloga enuncia cuáles son los tópicos elementales que despliega en sus charlas:
“La mujer sale a trabajar y se convierte en parte de la fuerza laboral externa. De alguna manera empieza a descuidar un poco a la familia y dirección del hogar. Mi objetivo es ayudarle a integrar en sus faenas cotidianas la organización y planificación y motivarles a comprender que su trabajo a en la casa es importante e insustituible”.
-¿Qué tanto se ha interesado la población femenina en asistir a estos talleres?
“Al principio, cuando empezaron a oír de estos temas del Hogar como empresa, había cierta curiosidad. Como sabes, hablar profesionalmente de los oficios domésticos cuesta, pues hay ciertos perjuicios con esta labor; pero, cuando se dan cuenta que se trata de la gerencia de la familia, comienzan a interesarse. Ya gracias a Dios he impartido cientos de talleres y debo decir que es a todos los niveles, porque aunque tiene un costo específico yo lo adecuo a las necesidades e ingresos de cada mujer”.
-¿Por qué el “hogar como empresa”?
“Es empresa porque abarca distintos elementos, entre ellos: el mantenimiento de la casa, la cocina y el resto de las responsabilidades, a través de las cuales la mujer educa a la familia. Fíjense que ahora se habla de crisis de valores, de lo que está pasando y lo que sucede es que no se está cuidando el hogar, no se está prestando la atención necesaria para que la persona que está creciendo posea todas las herramientas que le faciliten vivir con una personalidad útil y armónica hacia los demás”.
– ¿Cuáles son los precios y tiempo de duración de estos seminarios?
“Dura unas seis horas, compartidas en dos tardes o dos mañanas; o tres días, de dos horas. El costo es de RD$1,500.00 y la anfitriona está libre de costo. O sea, en la casa donde se imparten las charlas, esa persona participa, coadyuva a la realización del seminario y no paga por recibirlo”.
-¿Cuán similar es la problemática de una familia dominicana a la de una norteamericana?
“En Estados Unidos las mujeres tienen todo más resuelto, hasta toda la comida viene preparada y con más facilidades se pueden enfrentar las tareas cotidianas. Sin embargo, todas coinciden en que la vida va demasiado rápido, pues deben compartir los trabajos de la casa con el externo, y este se extiende durante muchas horas. La mayoría afirma que los niños no están bien atendidos, son muy malcriados. En realidad, esa problemática la estamos viendo tanto en Estados Unidos, como en el resto de los países de Latinoamérica, porque lo que ocurre es que la familia está carente de la atención de la madre, que es la persona elemental en la atención del hogar”.
-¿Y entonces?
“En la vida hay tiempo para todo. Cada mujer debe hacer un balance y comprender que el primer trabajo, el cual no deben descuidar, es la dirección de su casa. Dentro de la empresa familiar, el departamento de recursos humanos es muy importante; pero ella debe priorizar al marido, los hijos y en un tercer lugar el resto de las personas”.
“Las mujeres, por su sentimiento maternal, tienden a prestar mas atención a los hijos y relegan al marido: eso no es correcto, pues los hijos se irán un día y el estará a su lado. Hay que saber el horario con el cual cuenta su esposo para atenderlo y evaluar, a su vez, en qué momento hablará de los problemas de la casa. Cuando una se embarca en el tema familiar, tiene que estar en la disposición de darse plenamente”.
-¿Hasta qué punto este tema “hogar y empresa” difiere con el proceso de emancipación que lleva a cabo la mujer desde hace siglos?
“La liberación femenina tenía que llegar, porque era increíble que a principios del siglo XX la mujer no podía votar. Este, entre otros derechos, la ubicaban por debajo en la dignidad del ser humano. Considero que este movimiento fue tomando fuerza y una parte más radical incorporó el tema del trabajo de la mujer en la casa como malo, denigrante. Hasta en la maternidad se fueron formulando una serie de interrogantes y se fue separando a la mujer de estos ámbitos vitales, que son la dirección de su hogar y el don de la maternidad. El movimiento feminista creó un entorno negativo en los trabajos domésticos. Pero, les aseguro que en ningún momento estos seminarios relegan ese posicionamiento que ha alcanzado la mujer.”
-¿Algunas recomendaciones en particular?
“Hay algunas, principales, para que una familia se constituya como empresa exitosa. Por ejemplo, desde que la pareja decide unirse, deben darse cuenta que están llevando a cabo un proyecto común y hay que sentar las bases acerca de cómo desean llevarlo adelante, sin olvidar que la mujer es el alma del hogar.“Es recomendable que se prepare el presupuesto familiar y tener claridad de los ingresos y los gastos. Es una pena que la gente se case con separación de bienes, pues este es un propósito de vida común y son dos que se hacen uno. Se ha comprobado que la mujer tiene mayor capacidad para llevar la parte económica en una casa”.
-¿Existen cualidades específicas que debe tener una mujer para conducir las riendas del hogar?
“Lo primero es tener ganas de hacerlo. Uno de los objetivos del taller es entusiasmarlas con el trabajo doméstico, pues se requiere orden y una serie de virtudes para que sea exitoso. Hago que valoren y trabajen un calendario de menú, para que en la familia se aprenda a comer de todo, les facilito listas y así ayudan a que los niños se instruyan en el espíritu de servicio, al acercarse las cosas unos a los otros, sepan cómo sentarse y comer en la mesa”.
-¿Resulta fácil cambiar estos hábitos en una familia?
“Cuando consigues que las personas aprendan lo que significa su hogar, es muy fácil lograr los cambios de hábitos y transmitir por medio de la familia los valores”.
-¿Cómo se maneja en sus charlas la discordia en el hogar?
“Trabajamos un punto muy importante en el taller, que es la felicidad, que no consiste en tener, sino en compartir, en dar. Lo que vale es lo que la persona es, no lo que tiene. Desde pequeños, a los niños hay que enseñarles a jugar y compartir. Incentivar el juego colectivo, no el individual.
“Como parte del taller se añade un cuestionario, donde la primera interrogante es si considera el trabajo doméstico una profesión. En su gran mayoría las mujeres afirman que sí, pero no para ellas”.
-Finalmente, algún mensaje a nuestros lectores…
“Debemos estar abiertos a la vida. Sería muy bueno que las mujeres tengan más de un hijo, con maternidad y paternidad responsables. Lo que enseña a una persona es otra persona, cuando tiene que compartir alegría, casa, madre, padre, todo eso forma parte de la educación y la formación del ser humano para el futuro e constituye el sentido de mis seminarios”.