Pamplona (España).- Un análisis de sangre ayudará a prevenir complicaciones clínicas en la miocardiopatía hipertrófica, que afecta a una de cada 500 personas, según una investigación en la que ha participado un equipo médico español en colaboración con la Universidad de Harvard.
Al frente del equipo científico español ha estado Javier Díez, director del Área de Ciencias Cardiovasculares del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) y catedrático de Medicina de la Universidad de Navarra (norte de España), según informó esa clínica en un comunicado en el que precisó que el estudio ha sido publicado en la revista "New England Journal of Medicine".
La miocardiopatía hipertrófica (MCH) es la enfermedad cardíaca de causa genética más frecuente, que afecta a una de cada 500 personas y puede desencadenar muerte súbita, arritmias ventriculares, disfunción ventricular e insuficiencia cardíaca.
Según los responsables del estudio, existen dos tipos de pacientes con MCH: aquellos que presentan la mutación genética que la origina pero todavía no tienen engrosado el miocardio (enfermedad en fase preclínica), y quienes, además de la mutación, presentan engrosamiento (enfermedad en fase clínica).
La fibrosis del miocardio es una lesión característica de la MCH, que contribuye decisivamente al desarrollo de sus complicaciones clínicas.
Durante mucho tiempo se ha pensado que la fibrosis se desarrollaba cuando la pared del ventrículo izquierdo ya estaba engrosada, pero estudios animales muestran que la fibrosis se produce anteriormente.
Existen tratamientos antifibróticos en fase de desarrollo que pueden prevenir la aparición de complicaciones clínicas, por lo que la detección precoz de la fibrosis miocárdica resulta fundamental, recalcaron.
"El estudio consistió en analizar diversos biomarcadores sanguíneos relacionados con la fibrosis en tres grupos de sujetos: personas sanas, pacientes con MCH en fase preclínica y pacientes con MCH en fase clínica", señaló Díez.
Los investigadores han descubierto que la concentración de uno de los biomarcadores, el llamado propéptido C-terminal del procolágeno tipo I (PICP), se encontraba anormalmente elevada en los pacientes que tenían MCH, incluso en los que todavía se hallaban en la fase preclínica.
La aplicación práctica radica en que la detección de este propéptido en sangre permitirá diagnosticar a pacientes con MCH preclínica y fibrosis miocárdica, así como evaluar la severidad de la fibrosis en los sujetos con MCH clínica.
Además, "el diagnóstico de la fibrosis mediante el PICP es más preciso que con métodos de imagen" y "permitirá individualizar la indicación de terapias antifibróticas destinadas a prevenir las complicaciones clínicas", agregó Díez. EFE