¿Balaguer calumniado o el pueblo equivocado?

El flamante Senado de la República acaba de emitir una resolución unánime, mediante la cual declara el 3 de septiembre de cada año, como Día Regocijo Nacional, esto como homenaje a quien los senadores consideran casi un patriarca nacional: es decir, en conmemoración a la fecha del natalicio del Dr. Joaquín Antonio Balaguer Ricardo.

Esa actitud de alabanza al ex presidente Balaguer, ya había sido puesta de manifiesto por un Congreso Nacional controlado por el PRD, lo cual evidencia que se está convirtiendo en una cultura de estos partidos, los cuales al parecer no encuentran la forma mas adulona de complacer a un hombre que le creó los simientes y preparó el terreno para que disfrutaran de una quimera de Estado, en donde pudieran ejecutar casi todas las acciones anti nacionales que fueron iniciadas por el homenajeado.

En la República Dominicana parecería que estamos en presencia de una caja de Pandora, muy especialmente a partir de la instalación de los gobiernos que siguieron al régimen de los 12 años de dictadura y entreguismo y mas aún, a partir de los gobiernos de la alianza PLD PRSC.

Con frecuencia el país despierta en medio de sorpresas o cuestiones inesperadas, ya se trate de escándalos sobre el manejo de la red pública o de actos de alabanzas a personas que sólo merecen ir al zafacón de la historia ..

Tal vez el período de aparente transición nos impide que entendamos, esas sorpresas. Ahora bien, debe señalarse que las sorpresas no necesariamente provienen del equipo gubernamental, sino también, desde el flanco opositor. Es como si pensáramos que el pensamiento balaguerista tuvo tanta fuerza que reencarnó en los nuevos dueños del poder público y ellos buscan la forma de sobredimensionarlo para convertirlo en la guía espiritual del pueblo dominicano.

En el homenaje o ensalzamiento tributado por el Senado al ex-presidente Joaquín Balaguer se repiten las famosas frases de Don Quijote a su escudero de: “Cosas Veredes Sancho”. ¿Quién diría en la República Dominicana que el doctor Balaguer recibiría tributos de los peledeístas que vieron al profesor Bosch devolviendo una condecoración por lo nefasto del otorgante, o por el fraude del 1990, es decir, de aquel que cuando no ganaba arrebataba e impedía el ejercicio libre de la voluntad popular como se pudo verificar en 1970, 1974 y el intento de desconocer su derrota en 1978. El lambonismo no puede llegar tan lejos, los humanos debemos mantener un poco de dignidad y tratar de que la historia no haga de nosotros seres despreciables o dignos del zafacón.

Podrán decirse que Balaguer es un hombre de Estado o estadista, ello es posible, pero los hechos negativos de su ejercicio como hombre público pesan demasiado y su lugar en la historia nacional estará del lado oscuro, nunca en posición de defensa del interés nacional, ni a favor de las grandes masas nacionales, sino al servicio del gran capital y del dominio imperial.

El homenaje del Senado sólo se explica en el hecho de que una gran parte de sus integrantes fueron acólitos del Dr. Balaguer, aún sin tener que militar en el PRSC.

Decimos que la resolución del Senado fue un exceso de alabanza y hasta una ofensa a los cientos o miles de patriotas que si se merecen ser reconocidos: No procedía tal acción legislativa por varias razones, entre las que sobresalen:

a) Su falta de vocación hacia la consolidación de la nación y el Estado dominicano, como sujeto independiente de Derecho Internacional.

b) Su entrega casi total a los poderes extranjeros, llegando al extremo de señalar que renunciaría si el jefe de la Casa Blanca se lo solicitare.

c) Su inobservancia o desprecio hacia las normas más elementales de respeto a la persona humana.

d) El no acatamiento de las disposiciones contenidas en la Carta Fundamental y en leyes objetivas.

e) La forma anárquica o despótica con que manejó la cosa pública; algo esencial para la convivencia civilizada.

f) El no acatamiento de las reglas establecidas para la alternabilidad al frente del Estado, especialmente por acciones fraudulentas ejercidas en los procesos electorales (1970, 1974,1978, 1990 y 1994).

Esos señalamientos y muchos otros, nos llevan a la conclusión de que el otorgamiento al doctor Balaguer de un homenaje por supuestos aportes al país, constituye una burla a toda la nación y nos llevan a plantearnos dos cuestiones: o el doctor Balaguer fue víctima de calumnias permanentes o el pueblo dominicano y los historiadores estuvieron equivocados durante mucho tiempo.

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