Quejas muy justificadas

Les sobra razón a los padres y las madres que alzan sus voces para quejarse por el alto precio de los libros y útiles escolares, que pueden alcanzar una inversión por encima de los RD$20 mil, tal y como publican los medios de comunicación en el país.

Desde que se reactivaron las ventas de dichos materiales, ya a punto de dar inicio al nuevo curso escolar, en muchos hogares dominicanos la pregunta de los mayores sigue siendo cuánto más durará este calvario que acompaña lo que debía recibirse con sonrisas y fiestas.

Hay una marcada angustia en la expresión de Angelina Félix cuando muestra los libros de su hijo mediano, Ernesto, quien concluyó el tercer curso, sin poder pasarle sus materiales al otro hermano, que concluyó el segundo, afirma la madre.

Ejemplos similares se multiplican. El ministro de Educación, Melanio Paredes, intenta “mediar”, para que en más de 5 mil escuelas del sector público, sus directores no realicen ningún tipo de cobro por los servicios y mantenimiento.

Sin embargo, el titular confiesa que la ley les faculta para estas regulaciones desde el punto de vista pedagógico, pero no económicamente.

Aunque Paredes refiere que los padres de tres millones de estudiantes que iniciarán la docencia este martes 17 de agosto, “no tienen que pagar nada en las escuelas públicas, ya que el servicio es totalmente gratis en la República Dominicana y que la nueva Constitución extendió ese derecho hasta el cuarto de bachillerato”, es una realidad palpable que los gastos superan las posibilidades de una gran mayoría de familias en el país.

Se trata de libros, mascotas, libretas, lápices, gomas, otros cuadernos, además de zapatos y ropas. Los progenitores siguen llamando a “la cordura” para impedir tantos gastos innecesarios, como es el caso de los libros que varían de un curso a otro, como si las materias fueran absolutamente diferentes.

Nada, que mientras que la Educación siga siendo un negocio multiplicador de ganancias para unos pocos, los muchos, que son esos niños y niñas responsables del destino de la nación, verán afectada la más imprescindible de sus necesidades: la enseñanza.

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