Ojalá Fidel esté equivocado

Desde hace varios días el Comandante Fidel Castro viene informando a los cubanos y al mundo sobre las posibilidades de una nueva Conflagración Mundial.

Las evidencias recogidas por este hombre tan experimentado en el arte de la guerra son más que suficientes para ponerse en alerta general. Fidel ha dicho que tiene informes sobre las provocaciones cometidas por los norteamericanos en la Península Coreana, tendentes a enfrentar a estos dos Estados, los cuales constituyen una sola nación y a los cuales, sólo la desidia imperial los mantiene divididos desde la guerra del año 1950.

La principal provocación, según nos cuenta Fidel y de lo que no tenemos razones para dudar, consistió en hacer explotar un artefacto en la embarcación surcoreana hundida en aguas coreanas. Explosión que fue obra de los servicios de inteligencia norteamericanos, entiéndase, la CIA.

La afirmación de que la CIA pretendió crear zozobra entre las dos Coreas, es un motivo claro del porqué del temor de una guerra a gran escala en esa zona y mundial.

A la denuncia hecha por el líder cubano sobre las maniobras estadounidenses en Corea, se agrega aquella según la cual embarcaciones de guerras norteamericanas e israelíes se mueven hacia las costas iraníes en actitud de bloqueo contra las naves marítimas de Irán que pudieran moverse en esa zona.

Sobre las posibilidades de enfrentamiento militar con armas no convencionales, Fidel señala que, “El pasado viernes 25 de junio, una agencia internacional de noticias de conocida minuciosidad en los detalles de las informaciones que elabora, publicó las declaraciones del “…comandante de la Armada del cuerpo élite de los Guardianes de la Revolución Islámica , general Ali Fadavi…” -advirtiendo¬- “…que si Estados Unidos y sus aliados inspeccionan a los barcos iraníes en aguas internacionales ‘recibirán una respuesta en el Golfo Pérsico y el Estrecho de Ormuz”.

Más claro ni el agua sobre las perspectivas de guerra en esa región.
Los norteamericanos y sus aliados israelíes al parecer están jugando al cálculo político y al comercio armamentista, pero pueden estar haciéndolo sobre candela y dinamita, Irán no es Irak, ni Afganistán. El tiro se le puede ir por la culata. Con Irak manejaron a un régimen que ellos habían protegido, era un ex socio disgustado; pero, además, se aprovecharon de la guerra de desgaste que mantuvo durante 10 años con su vecino, guerra que los gringos patrocinaron creyendo que Irán y los clérigos chiítas perderían. A todo esto se sumaba la gran división política y territorial existente en Irak, especialmente la lucha de los kurdos. Con respecto a Afganistán, la realidad de ese país es muy distinta a la iraní, basta señalar el gran atraso económico, la influencia de concepciones triviales en la conducción del Estado y ni hablar de las constantes guerras intestinas, aunque debemos hacer notar, que no obstante los avances de Irán frente a estas dos naciones, ambas le están ganado la guerra a los Estados Unidos y aliados.

Para entender las razones que tiene Fidel para hacer el pronóstico sobre el desenlace de las provocaciones del gobierno de Obama, y la decisión iraní de defenderse, la expresa de la forma siguiente: “No albergo la menor duda de que tan pronto las naves de guerra de Estados Unidos e Israel ocupen sus puestos ¬-junto al resto de las embarcaciones militares norteamericanas ubicadas en las proximidades de las costas iraníes¬- e intenten inspeccionar el primer buque mercante de ese país, se desatará una lluvia de proyectiles en una y otra dirección. Será el momento exacto en que se iniciará la terrible guerra. No es posible prever cuántas naves se hundirán ni de qué bandera”.

Frente a esta posible contienda nuclear, los pronósticos no son claros, pues las consecuencias son imprevisibles, aunque Fidel dice que los que gobiernan ahora seguirán gobernando, que no se podrá hablar de capitalismo ni socialismo, sino que habrá una euforia momentánea de los que producen: combustibles, materiales para la guerra, hierro, aluminio, uranio, etc., pero ese mercado hacia los países ricos y desarrollados desaparecerá repentinamente, igual ocurrirá con los alimentos que se exportan hacia ese mercado, el cual desaparecerá de forma abrupta.

Lo anterior tiende a parecerse a las aseveraciones que se establecieron en el libro del Apocalipsis de los cristianos, aunque esas lecturas bíblicas no tienen el soporte real y las evidencias concretas que expone un hombre experimentado en el arte de la guerra, el mismo que envió miles de hombres a combatir al África, que derrotó el asedio del poder más grande de la época, que sacó su país de la humillación hacia la autodeterminación y que asegura: “No soy profeta ni adivino. No somos novatos ni entrometidos en este complicado tema”. Pero a pesar de todo lo anterior, ojalá Fidel esté equivocado y los comerciantes de la guerra y del dominio del globo terráqueo hayan tomado otra ruta.

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