El reflujo ácido puede alterar el sueño

Nueva York.- El reflujo ácido crónico suele despertar a la gente de noche, aunque no produzca síntomas, según sugirió un nuevo estudio.

Un equipo que analizó a 39 adultos con la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) y a nueve sin el trastorno, reveló que quienes sufrían la condición tendían a despertarse con más frecuencia, un promedio de tres veces, en comparación con el grupo sano, cuyo sueño se interrumpió menos de 2 veces.

Esas perturbaciones estaban asociadas con el reflujo, según una prueba nocturna realizada con una sonda en el esófago.

Pero la mayoría de esos episodios no ocurrían por la percepción de los síntomas de pirosis: los pacientes sintieron esa sensación de quemazón sólo el 16 por ciento de las veces que se despertaron.

Aunque el estudio fue pequeño, los resultados sugieren que la ERGE influiría en la alteración del sueño más de lo pensado, según el doctor Ronnie Fass, jefe del Servicio de Gastroenterología del Sistema de Salud de Asuntos Veteranos de Arizona del Sur, en Tucson.

Fass señaló que cuando los médicos evalúan a los pacientes para identificar la ERGE nocturna, suelen indagar sobre los síntomas. Sin embargo, el nuevo estudio indicó que "algunos despertares serían asintomáticos, pero otros no", dijo.

Por eso recomendó que las personas con ERGE comuniquen a sus médicos si se despiertan con frecuencia durante la noche, aunque no sientan esa sensación de quemazón característica. Luego, agregó, deberían registrar si el buen manejo de la ERGE mejora su calidad de sueño.

El control incluye adelgazar, si es necesario, evitar alimentos que causan síntomas e ingerir comidas más pequeñas y más frecuentes. Para los problemas nocturnos, se recomienda elevar la cabeza de 15 a 20 centímetros del colchón con bloques de madera debajo de las patas de la cama.

Los fármacos para aliviar los síntomas incluyen los antiácidos y los llamados bloqueadores H2, como ranitidina (Zantac) y cimetidina (Tagamet). Otra clase de medicamentos, llamados inhibidores de la bomba de protones (IBP), ayudan a prevenir las crisis de reflujo ácido, en especial en personas con ERGE grave.

Los resultados del estudio, publicado en Clinical Gastroenterology & Hepatology, surgieron de 39 adultos de mediana edad con ERGE que, durante los tres meses previos, habían tenido por lo menos tres crisis de pirosis por semana, y de 9 adultos saludables.

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