Barahona.- Antisociales dedicados al robo de hierro, cobre y vehículos, estos últimos para desmantelarlos y venderlos por piezas, han escogido la capital dominicana como nuevo mercado para sus ventas.
Autoridades provinciales no descartan que los antisociales, organizados en bandas, hayan agregado vehículos pesados a su catálogo de robo, debido a que se han perdido varios camiones en los últimos días.
El ingenio Barahona y sus campos han sido los más afectados por el robo de hierro y cobre, que al igual que las piezas de motocicletas, carros y camiones desmantelados, están siendo llevadas a la capital, por limitaciones surgidas en la frontera.
En el pasado mes marzo, el vicepresidente de la CDEEE, licenciado Celso Marranzini, estimó entre RD$200 y RD$300 millones, sus pérdidas anuales por el robo de alambres y otros materiales.
La situación hizo que Aduanas dispusiera la suspensión de la exportación de cobre en cualquier forma, en respuesta al robo de cables y otros materiales.
Esteban Sánchez Díaz, procurador de la Corte de apelación de Barahona, confirmó que los camiones robados allí son desmantelados y vendidos por piezas en Santo Domingo, “por las limitaciones para pasarlas por la frontera”.
“Se robaban un motorcito para llevarlo Haití, pero ya se están robando camiones. Son camiones que lo desaparecen y venden piezas en los mataderos”, precisó el procurador.
Sánchez Díaz informó que el robo de hierro y cobre se convirtió en un dolor de cabeza para el Consorcio Azucarero Central (CAC), la situación obligó una serie de reuniones y establecer puntos de chequeos.
El procurador explicó que actualmente Aduanas está requisando los furgones, que ahora son llenados en presencia de inspectores. “La situación fue tan desesperante, que la gente del consorcio estuvieron a punto de irse”, dijo.
Sánchez Díaz afirmó que al Consorcio Azucarero Central, incluso, le llegaron a desmantelar parte de los rieles y las líneas de hierro, y que sus ejecutivos tuvieron que nombrar más de 60 seguridad en los campos.
“Los últimos robos fueron dentro de sus instalaciones, piezas que debieron mandar hacer en México, y que podían paralizar el ingenio por mucho tiempo. Hubo una pieza importante robada que se consiguió en un barrio en la capital”, sostuvo Sánchez Díaz.