En defensa de Roberto y la Junta

El presidente del PRD, Miguel Vargas, ha querido eludir la enorme responsabilidad que tiene ante la derrota electoral de ese partido y ha pretendido convertir a Roberto Rosario y a la JCE en chivos expiatorios.

El PRD recibió una contundente derrota electoral el pasado 16 de mayo que lo llevará a no tener ni un solo senador en el próximo congreso. Este hecho de por sí representa una afrenta para la historia de uno de los principales partidos políticos de nuestra nación. El PRD fue vapuleado electoralmente hablando y las causas principales de ello están en la desacertada, poco visionaria y sectaria visión de la dirección del nuevo PRD encabezada y lidereada por Miguel Vargas.

Esta situación ha colocado a ese dirigente político en una situación sumamente difícil pues todos las críticas por el mal desempeño electoral recaen en él y muchos están incluso cuestionando su permanencia al frente de la dirección de ese partido. Ante esa realidad, Miguel Vargas y sus asesores han decidido desviar la atención del vendaval de críticas internas intentando asumir como argumento que en las elecciones se produjo un fraude y que los miembros de la Junta Central Electoral, en especial el magistrado Roberto Rosario, son cómplices del mismo.

Ese es un argumento sin ningún fundamento y que tiene ribetes de oportunismo. La dirección del PRD y Miguel Vargas hace sólo unos meses valoraba la calidad y la profesionalidad de esta junta cuando le dio ganancia de causa ante los sometimientos del sector de Hipólito Mejía en contra de la celebración de la convención de esa entidad política.

La dirección del PRD y Miguel Vargas resaltaron la objetividad y la honestidad de los miembros de la JCE cuando hace unos meses le dieron ganancia de causa frente a las decenas de impugnaciones y alegatos de los dirigentes y militantes de ese partido que fueron sacados de la boleta electoral por la política de reservaciones “de dedo” de Vargas y su grupo.

Hace sólo unos meses esos magistrados eran buenos para Miguel y el PRD pero ahora que los resultados electorales no les favorecen, ellos son los responsables y dejaron de ser serios, honestos y profesionales. Todo el mundo conoce la probidad y la calidad moral de todos los miembros de la JCE pero en especial del magistrado Roberto Rosario, un hombre que ha sabido en todos los momentos de su accionar como figura pública defender los mejores intereses de la nación dominicana. Un hombre probo, íntegro, honesto y apegado a las normas y las leyes. Roberto es incapaz de ser parte de un fraude o de propiciar acciones contrarios a su historia y sus principios.

Eso lo saben muy bien el PRD y Miguel Vargas. De lo que se trata es de ellos crear una bola de humo en torno al supuesto fraude para esconder el fracaso de su gestión al frente de uno de los partidos más democráticos que hoy está siendo manejado con criterios faraónicos y antidemocráticos.

El PRD y Miguel quieren hacer valer el infeliz argumento de que hubo fraude donde ellos perdieron, pero donde ellos ganaron no pasó nada. Roberto Rosario y la actual JCE han sido una de las principales garantías de transparencia, eficacia y honestidad en el manejo de todo el proceso electoral. Roberto Rosario ha cumplido con su papel de manera responsable y firme. Si los perredeístas y Miguel Vargas les fue mal en estas elecciones, es su culpa no la de otros. Y muchos menos de Roberto Rosario.

Euri Cabral
Es Comunicador y Economista
eurizina@hotmail.com

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