Desafíos humanos y políticos a cuatro meses sismo

Puerto Príncipe.- Cuatro meses después del terremoto que devastó la capital y otras regiones de Haití, organismos internacionales y locales se encuentran todavía frente a grandes retos humanitarios, mientras se teme que el horizonte político se oscurezca.

La reubicación de los desplazados constituye aún un nudo debido, sobre todo, a la llegada de la temporada de las lluvias que tiende a deteriorar aún más las condiciones de estas personas.

"Las cosas no son dulces aquí", declaró una madre albergada en el campo de Place Boyer en Pétion-Ville, periferia este de la capital. "Dormimos mal y comemos difícilmente", añadió otro damnificado, que precisa que "cuando llueve, podemos pasar la noche entera en vela".

Un grupo de 44 instituciones internacionales previeron construir 130.000 refugios temporales, informó a la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de los Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés).

Se confirmó un primer pago para la construcción de 97.000 refugios, según OCHA, que precisó que se distribuyeron también 500.000 toldos y 50.000 tiendas familiares.

Se estima en 1,2 millones las personas sin hogar, mientras que 300.000 personas perdieron la vida y el mismo número resultó herido en el siniestro del 12 de enero pasado.

OCHA hizo saber que en Puerto Príncipe 7.000 personas instaladas sobre los lugares de riesgos fueron reubicadas en dos importantes campos recientemente acondicionados en Tabarre (periferia noreste) y Corail (norte de la capital).

La reubicación de las poblaciones que viven en otros lugares menos arriesgados está aún a la orden del día, así como la descongestión de las escuelas y terrenos privados ocupados por los desplazados.

Por otra parte, 48.000 familias tienen que encontrar un refugio en Léogâne y Gressier (oeste del país), informó OCHA.

En Petit Goâve y Grande Goâve (oeste), la instalación de refugios de transición se encuentra frenada por la lentitud de trabajos de desescombro que sufren de una falta de equipamientos, informó también el organismo de la ONU.

Las personas que se encuentran hoy en los campos podrían volver de nuevo al lugar de sus casas destruidas, según lo que prevé el Gobierno.

Sin embargo, no está previsto ningún apoyo para las reparaciones o el desescombro que puede costar un promedio 3.600 dólares por vivienda cuando se trata de comprometer obreros, según los datos recogidos.

En los círculos humanitarios persiste el temor de nuevos desastres que podrían causar una subida de las aguas en los campos durante la temporada de las lluvias.

Otra inquietud que preocupa a varios sectores se ubica a nivel político, con la reciente degradación del clima social, caracterizada por manifestaciones antigubernamentales en varias regiones, en particular la capital de Haití.

Restaurar la confianza en esos grupos sería, probablemente, muy difícil en estos momentos cuando se aprobaron decisiones en el Parlamento como la que prolonga por tres meses el mandato del presidente haitiano, René Préval, en caso de que las elecciones generales no se celebren este año.

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