Silvestone, Inglaterra.- El príncipe Andrés de Inglaterra se unió el jueves al mismo club de los campeones mundiales de Fórmula Uno Jenson Button y Lewis Hamilton, tras recibir una muestra de velocidad de parte de Damon Hill.
El segundo hijo de la reina Isabel, quien se desempeña como representante especial para el comercio y las inversiones internacionales de Inglaterra, se subió a un monoplaza de dos asientos manejado por Hill, campeón del mundo en 1996, en el renovado circuito de Silverstone.
Antes había cortado una cinta en el lugar y fue hecho miembro honorario de la British Racing Drivers Club (BRDC), entidad dueña de Silverstone y que está integrada, entre otros, por todos los campeones del mundo británicos.
"Es un gran honor", dijo a Reuters el duque de York en una entrevista, después de cambiarse el overol blanco por un más familiar traje de negocios y unos relucientes zapatos.
"Lo único que hice fue sentarme pasivamente en la parte trasera del coche (…) Fue una experiencia extraordinaria. Yo la comparo probablemente con ir sentado en el asiento trasero de un Tornado (avión de combate) a bajo nivel sobre las tierras altas de Escocia", explicó.
Hill, presidente BRDC, no había conducido con anterioridad en el renovado circuito, uno de los escenarios emblemáticos de la F1, y fue comprensiblemente cauto hasta asegurarse de que todo estaba en orden.
"La primera vuelta fue una especie de calentamiento, la segunda más rápida, la tercera aún más rápida y comencé a sentir", sostuvo el pasajero real, quien pareció eufórico y algo aturdido cuando salió del monoplaza.
El príncipe, que ha asistido a grandes premios anteriormente, reconoció que no era un aficionado a las carreras de F1, a pesar de que a los cuatro años le regalaron un vehículo manejable con pilas.
En un tono más serio el príncipe, de 50 años, se mostró ansioso de enarbolar el pabellón de ingeniería de alto rendimiento en un país que es el hogar de la mayoría de los equipos de la F1.
"El hecho de que Silverstone quiera convertirse no sólo en una de las mejores instalaciones deportivas del mundo, sino también en una planta industrial de clase mundial, fomentando la ingeniería de alto rendimiento, es muy importante para Gran Bretaña", dijo.
"Lo respaldo totalmente y ya tuvimos una larga reunión esta mañana estudiando sus posibilidades, capacidades y los intereses", concluyó. El jueves se presentó el nuevo diseño de Silverstone, que costará unos 60 millones de dólares y que incluye seis nuevas curvas y una extensión de su recorrido.