Un sacerdote consideró que las acusaciones de violaciones sexuales cometidas por obispos y otras autoridades de la Iglesia Católica, afectan a esa institución religiosa y recomendó aprovechar las actividades de la Semana Santa para procrear “nuevas luces de esperanza en la comunidad cristiana”.
El párroco de la iglesia San Vicente de Paúl en Los Mina, Gregorio Alegría, calificó de hechos lamentables los casos de violaciones sexuales, sobre todo, los cometidos por obispos irlandeses, que provocaron la intervención directa del Papa Benedicto XVI.
“En mi parroquia, la San Vicente de Paúl, hemos utilizado la vigilia, para quemar los hechos que han manchado a nuestra institución y abogamos por una nueva luz, una nueva vida que deje en el pasado esos hechos tan lamentables”, indicó Alegría, un religiosos de origen español que llevaba más de 30 años trabajando en la República Dominicana.
Hablando en el programa Cobertura TV, que producen los periodistas José Rivas y Mary Yerlyn Paula por Santo Domingo TV todos los sábados, el cura Alegría descartó que la prohibición de casarse a los sacerdotes sea motivo de las violaciones sexuales, las cuales en su mayoría afectan a menores de edad.
“Esos hechos, tan lamentables, se producen a todos los niveles, cometidas por personas que están o no en matrimonios”, sostuvo el párroco de la iglesia San Vicente de Paúl en Los Mina.
Por otro lado, Alegría condenó el desprecio a la vida que muestran muchos dominicanos, al vincularse con hechos de drogas, sicariatos, alcohol y otras imprudencias que generalmente terminan muertes.
Condenó que menores de edad estén en prisión por cometer crímenes graves como el asesinar una persona. “Es reprochable que un niño tenga tanto odio y venganza en su corazón que lo lleva a matar alguien”, sostuvo el religioso.
Sobre la vida, crucifixión, muerte y resurrección de Jesus, dijo que “El hijo de Dios es un referente que tiene la humanidad de que alguien ofrendo su vida por lo demás, a pesar de ser inocente y ser llevado a un juicio completamente falso”.
Indicó que en América Latina tenemos como referente de ese sacrificio al obispo salvadoreña Arnulfo Romero, quien vaticinó que lo iba a asesinar, “pero que su voz quedaría como semilla lista para germinar en el corazón del pueblo sufrido”.
