Fui, de cara a las elecciones del 2008, de los primeros perredeístas en apoyar el liderazgo de Leonel Fernández, y debo confesarles a todos los que hoy llegan, que el trato que se me ha dispensado a sido de distinción y honorabilidad, cual si se tratara de un príncipe.
Los que hoy seguimos a su lado, un número importante de la alta, media y baja dirigencia del PRD, hemos sentido el respeto y la solidaridad para con nuestra posición, por la que nunca nos arrepentiremos de haber tomado la mejor decisión de nuestra carrera política, la de estar al lado del más grande líder que ha parido la República en los últimos 110 años. Y del liderazgo de Leonel Fernández podemos hablar largo y tendido, porque hay suficientes herramientas nacionales e internacionales para validarlo.
De ese modo lodejamos de manifiesto tan claro y contundente, convencido de cuanto nuestras acciones benefician a la sociedad dominicana por considerarlas instrumentos de futuro lo suficientemente capaz de seguir hilando favorablemente el porvenir y los destinos de la patria.
En fin, estamos convencidos de que Leonel Fernández llena ese vacío de liderazgo que una vez vivió la sociedad dominicana, porque se enmarca en una representación real y genuina de los tres líderes históricos de los últimos 50 años, Juan Bosch, Joaquín Balaguer y José Francisco Peña Gómez.
Leonel es un pedacito de cada uno, de Bosch, su herencia doctrinal y partidaria; de Balaguer, su pragmatismo y sapiencia y de José Francisco Peña Gómez, la representación por encima de cualquier otro dominicano del fervor de los valores de solidaridad que por tantos años enarboloó ese titán de la política dominicana.
Compañeros, en buenas manos estamos, ahora si es p’lante que vamos…