Angelita Trujillo esperó 50 años para contar en un libro de 600 páginas una historia que sólo cabe en su cabeza y a la que define como, "la única verdad" de lo que ocurrió durante el tiempo que estuvo su progenitor en el poder.
Con un matiz surrealista, en el que pretende inxorablemente limpiar el nombre ensangrentado de su padre, el malvado sápatra Rafael Leónidas Trujillo Molina, mantiene al lector todo el tiempo anonadado, estupefacto por lo absurdo de su narrativa.
Alguien puede darme tan sólo una razón y explicarme ¿qué es lo que pretende esta señora que queire demostrarle hoy al pueblo Dominicano? Piensa ella realmente que el Pueblo Dominicano ha perdido la memoria? ¿Este libro significa un preámbulo para ararle el camino a su hijo Ramfis Domínguez Trujillo al Palacio Nacional?…
Yo no lo sé, pero de lo que no cabe dudas es que con su presencia y este libro en las manos, ha vuelto a abrir viejas y profundas heridas y, para colmo, desempolvar las lápidas grabadas con los nombres de las víctimas de la llamada Era Trujillista. Me parece que ha pasado demasiado tiempo para querer aclarar y justificar los hechos de la manera más fácil: escribiendo un libro de 600 páginas…
Probablemente, ella olvidó que el sol es redondo y muy grande y no se puede tapar con un libro; ella olvidó también que han trancurrido medio siglo de sangre, dolor y repudio y que la historia se ha escrito en muchos libros anteriores al de ella y esas páginas ya no se pueden borrar….
Si es cierto que Angelita hace un análisis de su verdad sobre los hechos que fueron rescatados, según ella, durante 5 años, buscando, escudriñando, investigando, recurriendo a su madre a quien considera la pieza clave para armar su rompecabezas.
También se olvidó que en esos aňos, muchas madres no volvieron a ver el rostro de sus hijos; muchos hijos no conocieron a sus padres -tal es el caso de Pilar Awad Baez que los perdio a los dos de la manera mas vil y cobarde- muchas familias se enfrentaron al destierro que se vivió bajo el yugo de la mordaza.
A Angelita se le olvidó que las cárceles tenían una sala donde se practicaban las más infames de las torturas y todo quedó plasmado en horrendas y desgarradoras fotografías que, sin dudas, superaban cualquier guión de películas de Hollywood.
Yo estoy completamente segura que Angelita Trujillo jamás visitó a los presos de las cárceles; nunca llevó sus condolencias a las madres que perdieron a sus hijos; jamás estuvo en el cementerio y limpió las tumbas de las víctimas de la más cruel de las dictaduras.
Indudablemente, este libro no lo voy a clasificar, porque considero que no tiene elementos que puedan colocarlo en un renglón determinado; no lo recomendaría como libro de texto para las escuelas, porque tampoco tiene las características que se necesitan para usarlo como guía de estudio; no es una biografía, porque esta exenta de la verdad, podríamos decir sin pecar de injustos que "Trujillo, mi padre en mis memorias", es un libro de ficción. Además que Angelita si perdió la memoria!!