Cada día es una nueva vida, un constante desafío; hacer y dejar de hacer. Qué bueno que Dios da la inteligencia para saber decidir.
Hoy, estoy más confundido, claro no pase páginas a los libros de economía, menos los de la economía de la geopolítica local e internacional. Esos intereses por lo regular inundados de mezquindades, trampas y pretensiones inaceptables. Esto lo pienso, porque realmente ignoro lo que está sucediendo con las negociaciones de la Refinería.
Me pregunto, no en silencio. Si la Refinería ha sido bien administrada durante el año 2009 y obtuvo beneficios por RD$1,900 millones. ¿Por qué no seguir el Estado administrándola?.
Ese beneficio entregarlo a la Educación y Salud de los necesitados dominicanos es la gran oportunidad de continuar dando el ejemplo de que debemos estar seguro que en la política dominicana no todo es corrupción.
No creemos que sería lo correcto y justo que sumen más bienes los ya millonarios dominicanos que buscan entrar en el negocio. Ya lo vimos, ese es su mundo, lo respetamos, sí no estamos de acuerdo con su plan. El hombre se afana por las cosas superfluas de la vida, esto le causa sufrimientos, pero es su vida.
Ya tienen lo necesario, pero, siempre están ávidos, nunca conformes. Es un respirar por más y más. Realmente es la pura realidad, son esclavos, amarrados a la ley del apego. Esa es una de las debilidades intrínsecas del humano.
Cuando el ser humano no piensa en lo que tiene sino en lo que quiere, debe auto-analizarse. Tal vez desarrolle la inteligencia, cambie de vida y disfrute de la paz espiritual. Yo no lo niego me río en esta selva humana viendo tanto hombre afanados por cosas superfluas que sólo le crean infelicidades. Jamás serán felices; las cosas tienen su importancia, pero a la medida. Esta es la clave del auto-control.
Cuando se desarrolla la inteligencia no se da la primacía a lo que no tiene valor absoluto. No se busca y obtiene lo innecesario.
El sabio Pitaco De Metilene, aquel que el presidente Balaguer me recordó cuando lo copió a su decir cibaeño: “si quieres conocer a Mundito, dale un caiguito”.
Pitaco se jubiló, los ciudadanos para agradecerle todo lo que había hecho por la patria le donaron un amplio terreno que llamaron Pitacia. El sabio no quiso ser latifundista, aceptó sólo un poco de tierra que consideró suficiente para cubrir sus necesidades. Lo justificó diciendo: “El poco era más grande que el todo”.
Yo puedo estar equivocado, si me anima la sana intención. Conociendo la urgente necesidad de los sistemas de educación y salud. Considero que el Estado ha sido y será un buen administrador de la Refinería. Que continúe esa responsabilidad que nos satisface, y ver que las ganancias vayan a los pobres ansiosos de educación y vida sana.
El señor Vicente Bengoa, secretario de Hacienda puntualizó: el sector privado fracasó en el manejo de las empresas distribuidora de la electricidad. El economista me presenta al sabio presocrático Cleóbulo: Tratar con las personas pertinentes. Y allá en Macorís del Mar, el viejo del barrio nos decía cabeza dura, hueca, tropezaste dos veces con la misma piedra, aguanta dolor.
