Washington.- El enviado especial adjunto de Naciones Unidas a Haití, Paul Farmer, dijo hoy que Puerto Príncipe, la capital de ese país, tendrá que ser reconstruida en un 75 por ciento tras el terremoto del pasado 12 de enero.
Farmer, segundo del actual enviado de la ONU a Haití, el ex presidente estadounidense Bill Clinton, compareció hoy ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EE.UU. para presentar a los legisladores un panorama sobre la devastación y la reconstrucción del país.
Consultado por el demócrata John Kerry, presidente del comité, directamente sobre las necesidades de esa reconstrucción, Farmer indicó que ascienden a un 75 por ciento, un nivel que "deja atónito", según el senador.
"Esta es una tarea tan masiva que necesitamos un equipo de máxima categoría internacional para que trabaje con el pueblo haitiano", dijo Farmer.
El epicentro del sismo de 7,0 grados en la escala de Richter fue ubicado en las cercanías de Puerto Príncipe, una ciudad donde viven alrededor de tres de los nueve millones de haitianos.
En su intervención, en la que subrayó la importancia de las inversiones "significativas" y el desarrollo del país caribeño, Farmer habló sobre las dificultades de las tareas de socorro en las que intervienen Gobiernos y organizaciones no gubernamentales de todo el mundo.
Añadió que en estos momentos los problemas más agudos son la inseguridad ante el peligro de nuevos temblores y la amenaza de enfermedades como el cólera en los campamentos de damnificados que tuvieron que levantarse de manera improvisada.
"El Gobierno de Haití ha propuesto sabiamente evitar esos enormes campamentos que son difíciles de controlar. Debemos acelerar nuestros esfuerzos para conseguir tiendas de campaña y letrinas", señaló.
Farmer también resaltó el hecho de que Haití es el país más pobre de América y que los problemas que se han multiplicado ahora ya existían antes del terremoto.
"Antes del 12 de enero, el país ya enfrentaba desafíos a largo plazo de salud y educación, un desempleo de más del 70 por ciento y una mayoría de su población que vive con menos de dos dólares al día", dijo.
El enviado adjunto indicó que el terremoto presenta una oportunidad para profundizar la relación internacional solidaria con Haití. Pero, al mismo tiempo, advirtió que las promesas de ayuda pueden olvidarse muy fácilmente.
Como ejemplo, citó los huracanes que dejaron una estela de destrucción en gran parte del país en 2008 y que después de ese desastre el país recibió la promesa de 402 millones de dólares en ayuda directa a un programa de recuperación.
Añadió que, de ese total, sólo se han desembolsado en realidad 61 millones de dólares.
"Ochenta y cinco por ciento de las promesas hechas hace un año no se han cumplido. Muchos de nosotros nos preguntamos si el pasado es un prólogo", indicó.
Farmer también manifestó que es necesario comprometer fondos para Haití y también desembolsarlos y que el esfuerzo de reconstrucción de Haití debe incluir una evaluación integral de las necesidades, la cual debe contar con el apoyo de Estados Unidos y de otros países.