El presidente de la República, Leonel Fernández Reyna, oficializó el estatus migratorio del reconocido hombre de negocios de origen Venezolano, Gustavo Cisneros, quien lleva varios años residiendo y aportando de su mejor capital económico, intelectual y humano al país.
Con el decreto 9-10, que contiene esa disposición, el primer mandatario dominicano, no solamente reconoce la permanencia y los aportes que el señor Cisneros ha hecho a la República Dominicana, sino que con justicia y desafiando cualquier adversidad que se le pueda presentar con un gobierno amigo, le ha garantizado un territorio donde vivir eternamente de manera legal.
Claro está que este nuevo estatus no se le ha dado al magnate Gustavo Cisneros, de manera medalaganaria o antojadizamente, sino por una serie de factores que pudiéramos conjeturar, pero fundamentalmente porque parte de su interés particular pertenecer a un país que le ha dado una buena acogida, con la cual se ha sentido agradecido y muy a gusto de vivir en esta media Isla..
Cisneros, no solamente se ha sentido satisfecho por el trato que le han dispensado en suelo dominicano durante su prolongada estancia aquí, sino que ha recibido las garantías y la seguridad de permanecer en un territorio, en el que le ha permitido mantener su integridad personal y económica, razón por la cual ha decidido emprender ambiciosos proyectos de desarrollo turísticos en el Este del país.
Sin embargo, algo que los dominicanos, debemos agradecer grandemente del señor Cisneros, han sido los elogios y las consideraciones, siempre mesuradas y positivas que ha tenido para con nosotros y el país, cada vez que le ha correspondido referirse a la República Dominicana y a sus gentes en los conclaves y escenarios internacionales en que ha participado como charlista o expositor invitado.
Además, debemos agradecerle a ese nuevo dominicano, los grandes esfuerzos que realiza junto a su esposa y a su familia, a través de la fundación Cisneros, la ejecución de importantes planes de educación y asistencia social que realiza a favor de muchas personas necesitadas de nuestro país, cuyos beneficiarios aciden a varios miles, en la región Este y otras regiones de la nación dominicana.
De hecho, con esas acciones, Cisneros que ha llegado con una fortuna hecha y derecha a la República Dominicana y que se ha radicado en nuestra nación, porque la ama y admira a su gente, ha demostrado ser tan o más dominicano que muchos que han logrado acumular grandes fortunas, en base a la evasión de impuestos y a las canonjías que han recibido de los diferentes gobiernos, sin desprenderse ni siquiera de la más ínfima parte de sus fortunas para destinarlas al auxilio de los más necesitados.
Es esa sensibilidad social y ese gran amor que siente por la República Dominicana, la que hace que Gustavo Cisneros, no solamente sea merecedor de la nacionalidad dominicana, sino que sea considerado como un dominicano más, de los tantos que nacimos en este territorio y que siempre hemos querido lo mejor para todos.
