NUEVA YORK.- Fanáticos, amigos y latinos en general no pueden concebir que Roberto Alomar no lograra entrar al Salón de la Fama en su primera oportunidad.
Muchos se reunieron en El Nuevo Caridad Restaurant, localizado en la parte Alta de Manhattan para esperar el resultado y confiados en que tendrían razones para celebrar, pero lo que recibieron fue un baño de agua fría.
"Estoy un poquito triste, desilusionado, porque esperábamos que Robert no tuviera problemas para entrar", expresó Miguel Montás, propietario de este establecimiento y quien es amigo personal del astro boricua y de la familia Alomar en general.
El dominicano José Santos entiende que a Alomar le pasaron factura por el incidente que tuvo con el árbitro (John Hirschbeck).
Otro que esperaba ver al estelar segunda base en el recinto de los inmortales fue Francisco Montás (Pancho).
"Primero es que somos latinos. El incidente que tuvo con el árbitro también pudo pesar un poco. Pero, me parece que Roberto es un jugador sembrado en el Salón de la Fama y espero que el año que viene esté ahí", comentó, quien horas antes estaba junto a este redactor en la residencia de Roberto Alomar en el condado de Queens.
Mientras, el puertorriqueño Juan Rivera, presente en El Nuevo Caridad, no pudo ocultar su tristeza.
"Estamos como cualquier puertorriqueño, triste con una noticia como ésa", manifestó. "Dio el máximo, lo hizo todo en el béisbol. Nadie en el mundo pudo hacer las jugadas que él hizo y lo cuelgan porque tenían que hacerlo. Los americanos son americanos y el show lo montan ellos. No iban a montar a Roberto en el carrito. Lo tenían que bajar, porque perdieron el poder del béisbol, que ahora es de los latinos y los orientales", señaló.
Otro que se expresó en la misma línea fue Dionisio Sánchez, quien entiende que Roberto Alomar está más allá de Cooperstown. Entonces, los puritanos del béisbol esta vez lo castigaron, pero Robert está más allá, porque los que lo vimos jugar desde niño sabemos que no hay una segunda base como él y pasará un siglo más antes de ver a otro bailarín de ballet jugando en la segunda base".
Luego el extraordinario pelotero boricua quien dio cátedra en las Grandes Ligas en 17 temporadas, llegó al Nuevo Caridad Restaurant, donde recibió saludos y lamentaciones, pero Alomar consoló a sus seguidores, quienes les rindieron honores.
"Eso fue un gancho al hígado. Son de esos golpes sorpresa que te dan y que no te caes, pero te lastiman", afirmó Nelson de León. "Ahora en calma y tras las palabras de aliento de Alomar, tenemos que ser agradecidos de que estamos con vida y que somos parte de un evento como éste en este pueblo".