• Print
close

Esa trampa de la igualdad

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
Facebook
Facebook
Youtube
Instagram

La realidad siempre es más grande que cualquier ilusión humana, como lo demuestra la impresionante arquitectura de las Pirámides de Teotihuacan en México, consideradas un monumento a la inteligencia colectiva, preservadas en el tiempo y el espacio. Ellas son ejemplo del conocimiento humano y aportan un elemento esencial: la práctica, símbolo para vivir y creer.

Este 2010. año de conmemoraciones, se inicia convocando a reconocer la historia, en sus magnitudes y propuestas, según las esferas donde el pensamiento ha dejado huellas. Diálogos de historia y de cultura pueden ser tan variados como cada objeto de estudio: las revoluciones sociales, los ferrocarriles, la producción de azúcar de caña, las tradiciones indígenas mexicanas en todas sus identidades o el conocimiento teológico de los libros que integran la Biblia, con sus contradictoras interpretaciones que fundamentan diferentes religiones y las asumen como ética para sus feligreses.

Para interpretar estos procesos de desarrollo social hay que aplicarles herramientas conceptuales epistemológicas (adecuadas al tiempo y espacio determinados) a fin de encontrar otros aspectos y puntos de vista como la introducción de la perspectiva de género, hasta ahora no tenida en cuenta por quienes investigan la historia, hombres y mujeres incluidas.

Identificar la presencia femenina en la sociedad no puede seguir cumpliéndose con dedicar unas páginas aisladas a “la mujer en la historia” y mencionar algunos nombres aislados sin tener en cuenta el contexto en el cual desarrollaron las acciones que les merecieron ese lugar. Se requiere ampliar la información, integrarlas a cada proceso, para identificar el papel desempeñado por ellas y las circunstancias, porque están reconocidas en las tradiciones populares, pero continúan invisibles en los textos.

¿Sería por considerarlas “iguales” como parte de la lucha social que desplegaban los hombres? ¿Era posible esa igualdad? Ignorando que las mujeres fueron y son aún, educadas diferentes, con condiciones físicas, biológicas y psicológicas distintas; vale insistir que esa diferencia no es símbolo de inferioridad.

En las conmemoraciones de este año merecerán un reconocimiento nuevos nombres propios, como el de las Adelitas y de las Soldaderas. Esclarecer sus roles históricos, responsabilidades revolucionarias y hacerlas visibles individualmente será necesario, pues quedaron en los textos como esposa de…, hermana de…, hija de… hombres relevantes.

Una de las tareas a desplegar por el Instituto Colimense de las Mujeres y demás instituciones que batallan por defender los derechos humanos de las mujeres, es hacer comprender que la igualdad tiene apellido: de oportunidades, de derechos civiles, penales y administrativos, de ganar lo mismo por igual trabajo o de responsabilidades familiares, entre muchas otras, porque la igualdad sexual es imposible.

Como en otras naciones de la región y del mundo, es palpable el desconocimiento generalizado acerca de los derechos femeninos fundamentales expresados en la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, acerca del pleno ejercicio de igualdad de oportunidades para el varón y la mujer.

En consecuencia, hay que estar alerta para asumir la lucha, sin la trampa de la igualdad que significa anular las diferencias. Al desarrollar cada proyecto, investigación, plan o programa, quienes tomen las decisiones deberán formularse la esencial pregunta: ¿Cuántos hombres y cuántas mujeres estarán presentes?

*Maestra en Ciencias de la Comunicación.
www.leecolima.com.mx/teresa/

No Comments

Leave a reply

Post your comment
Enter your name
Your e-mail address

Story Page