Washington.- La Casa Blanca instó hoy al Senado de EE.UU. a aprobar la propuesta de ley de reforma sanitaria, pese a las críticas de los republicanos, que consideran la medida "un tremendo error", y de los liberales, que creen que se queda corta.
El Senado tiene previsto retomar hoy su debate sobre el proyecto de ley después de que el líder de la mayoría demócrata en esa cámara, Harry Reid, presentara este sábado su propuesta definitiva, fruto de una serie de largas negociaciones para garantizar los sesenta votos necesarios para su aprobación.
En declaraciones a la cadena de televisión NBC, el principal asesor político de la Casa Blanca, David Axelrod, declaró que la medida, tal y como está, representa un compromiso y como tal no es perfecta, pero sí representa un gran paso adelante y podrá mejorarse en el futuro.
"Está a años luz de como estábamos hasta ahora", declaró Axelrod, que indicó que la medida "no es perfecta pero con el tiempo podrá mejorarse".
El asesor político del presidente Barack Obama predijo que, gracias a este compromiso, la medida podrá quedar aprobada. "Creo que vamos a poder lograrlo", sostuvo el alto funcionario, que insistió en que "el Congreso va a aprobarlo".
En un sentido similar se pronunció el vicepresidente, Joseph Biden, en un artículo de opinión que publica hoy en el diario The New York Times. A juicio de Biden, la propuesta "no es solo una buena medida, es una medida muy buena".
El senador demócrata Ben Nelson anunció el sábado que daría su apoyo a la medida, con lo que su partido logró los 60 votos necesarios para garantizar la aprobación de la medida en la Cámara Alta, de un centenar de escaños.
A cambio de su apoyo, Nelson logró que se introdujeran una serie de cambios en el proyecto de ley, que representarán más dinero para su estado, Nebraska, y más restricciones al uso de fondos públicos para practicar abortos.
El objetivo de los demócratas es aprobar la medida antes del día de Navidad, lo que podría suponer una votación durante la propia Nochebuena.
La versión definitiva de la medida que proponen los demócratas para dar cobertura médica a cerca de treinta millones de personas que carecen de ella en EE.UU. ha eliminado la creación de una opción pública, un seguro sanitario público que compitiera con el sector privado.
En su lugar, se permitirá a las aseguradoras privadas que puedan ofrecer planes de cobertura en todo el país, en lugar de estar sometidos a las regulaciones de cada estado diferente.