Narran que cuando la pequeña Ámbar vio por primera vez a sus padres, extendió las pequeñas manos y balbuceó apenas dos palabras: “mamá…papá…”. Fue algo mágico e irrepetible, nunca más lo ha vuelto a decir, aunque habrá tiempo, desde estos doce meses en que fue adoptada en la República Dominicana por el matrimonio de Renata Palmero y José María CruceLaegui, de la Peñíscola Castellón, en España, hasta el futuro…
Ámbar es la más reciente adopción de la pareja. El primero de sus hijos, Jorge, es también de la tierra dominicana, “cuando todo resultaba un poco más sencillo que ahora”, según cuenta el padre, quien narra a DominicanosHoy el vía crucis que ha significado este proceso, el cual ambos certifican como “muy complicado y difícil”.
Aclaran que, “en definitiva, las adopciones no son fáciles en sitio alguno”. El segundo de sus hijos, Jian Lucas, fueron a buscarlo a China:
“Después de pérdidas de documentos, por lo cual aún no hemos recibido excusas del gobierno español, y otros trámites burocráticos que hicieron más embarazoso todo, tuvimos a Jian, que significa en chino ¨sano y fuerte¨; pero, con 22 meses, pesaba igual que un niño de 6; padecía, además, de labios leporinos y otras secuelas propias de la enfermedad. Le hemos realizado ya varias operaciones y ahí le puede ver, pequeñito, más que su hermano Jorge, aunque ambos tienen casi la misma edad. Ya está mucho mejor”.
En el caso específico de la preciosa niña que Renata abraza junto a su pecho y que llamarán Ámbar- Alcione, homónima a una estrella en torno a la cual gira el sol, el matrimonio regresó una vez más a la tierra dominicana, en abril de 2008, y a pesar de darles a conocer que estaban entre los primeros en la lista, no fue hasta mayo de 2009, que tuvo lugar la llamada del Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (CONANI), único organismo responsable de canalizar la fase administrativa de adopción en la República Dominicana, a partir de la cual han vivido largas y prorrogadas esperas.
Con las escuelas de los niños, el trabajo y todo lo demás en espera del retorno, los padres tuvieron en sus brazos a Ámbar el 8 de junio y aún con el tiempo de convivencia cumplido esperaban en septiembre los documentos finales para regresar con Jorge y Jian Lucas al hogar que ya conocían y, por primera vez con la pequeña.
Habla CONANI
DominicanosHoy solicitó a CONANI una entrevista que, finalmente, fue respondida a través del cuestionario que ofrecemos a nuestros lectores:
– ¿Es cierto que han disminuido considerablemente las adopciones en el país? ¿Cuáles consideran que son las razones?
“La figura jurídica de la adopción debe de verse como una medida de excepción, es decir, nosotros como institución velamos por la unidad familiar, pues este constituye en mejor ambiente para el desarrollo de un niño o niña, por eso se trabaja con la familia extendida para que no sea necesario la ruptura del vinculo familiar sanguíneo. En caso de esto no ser posible se recurre entonces a declarar en niño o niña adoptable”.
-¿Cuál es el tiempo estimado de espera para una adopción?
“Luego de la depuración completa de los Futuros Padres Adoptantes, el tiempo de espera podría ser de 24 meses aproximadamente”.
-Dentro de los requisitos para la adopción, se exige una carta del párroco de la iglesia de los padres, ¿es necesario este requisito?
“Dentro de los requisitos se contempla una certificación de una entidad de carácter cívico, comunitario o religioso, que avale la idoneidad física, mental, social y moral de los futuros padres adoptantes. Es decir, pueden optar por depositar en el expediente cualquiera de las enunciadas. No es limitativa la carta de la iglesia en la que se congregan los futuros padres adoptantes, bien puede ser de una junta de vecino, club social o deportivo, el fin es medir la integración en sociedad de la familia”.
¿Existe alguna diferencia entre quienes solicitan la adopción, según su nacionalidad, o sea, que sean dominicanos o extranjeros?
“La diferencia se enmarca de acuerdo al domicilio de los Futuros Padres Adoptante y el domicilio del niño, niña o adolescente. Esto es lo que determina el procedimiento a seguir, bien sea adopción privilegiada nacional o adopción privilegiada internacional”.
Otras visiones
En la búsqueda de todo dato o elemento que propiciara entender y ampliar el contenido de lo que significa la adopción para niños y niñas, no sólo de la República Dominicana, sino del mundo, encontramos estos conceptos válidos para entender en tan sensible tema.
Se plantea que la mayoría de los menores, en el mejor de los casos, llega a sus padres adoptivos con signos visibles de desnutrición, que no progresan, precisamente, mejorando la alimentación; ni siquiera con el cuidado de la medicación.
¿Cómo abordar entonces la adopción?
Este fue uno de los aspectos que este equipo periodístico intentó abordar con la mayor profundidad posible. ¿Cómo tratar a niñas y niños adoptados? ¿Qué hay que hacer cuando les tenemos junto a nosotros y asumimos su futuro? ¿Cuáles son sus derechos…”?
Al matrimonio español de Renata
Palmero y José María CruceLaegui, preguntamos al respecto:
– ¿Les hablan ustedes a sus hijos de la adopción?
“Cada noche, cuando se van a dormir, les contamos su historia verdadera: la llamamos ¨el relato del avión¨; les decimos cómo les deseábamos antes de saber quiénes eran, de ese día que viajamos desde España para buscarles. Se necesita mucha paciencia, mucho amor. Al principio no te conocen y hay que ganarles. Hay que prestar más atención a los hijos adoptados que a los que no lo son. Es un proceso difícil; pero, ¿te imaginas qué se siente cuando te dicen mamá y papá? Significa que son tus hijos, que te los has ganado de verdad”.
– ¿Y qué esperan del futuro en su relación con ellos?
“Nada. Verles felices. Que sean personas equilibradas, centradas. ¿Queréis más?”.
Los derechos de niñas y niños adoptados apuntan la necesidad de saber todo cuanto sea posible sobre su adopción y su historia de vida anterior, porque contarles las circunstancias de su adopción ayuda a disipar sus fantasías de culpabilidad (el pensar: "fui malo", o algún problema debía tener o causar para que mis padres me dieran",… Si intentan ocultárselo, algún día cuando lo descubra ( y tengan la seguridad de que será así, se sentirá engañado y traicionado, y quizás será mucho más difícil reparar ese daño que el de las circunstancias que envuelven a una adopción; podrá quedar, pues, perjudicada la relación.
Los especialistas del tema recomiendan “utilizar la palabra adopción de forma natural y en un sentido positivo, para que: el niño se vaya acostumbrando a oírla y conocerla y Vds., a hablar de ello sin incomodarse”.
Un interesante trabajo titulado Cuando el amor engorda, de Carina Farreras, llama a la reflexión al afirmar que según la medicina, los dos años siguientes a la adopción son clave para el desarrollo físico de un menor.
El artículo revela “un estudio sobre el desarrollo cognitivo dice que los menores maduran 42 días por cada mes” (…) La vida anterior a la llegada a casa de los niños adoptados no suele ser muy feliz y, como consecuencia, sus pequeños cuerpos parecen querer frenar su crecimiento. De entrada, a todos les une la separación de sus padres biológicos, sea por fallecimiento o por abandono. La mayoría también procede de países sin recursos o de lugares de gran marginalidad, con una precaria atención sanitaria y alimentaria. Además, muchos viven en familias desestructuradas o en instituciones durante largos períodos, meses o años, faltos de cuidados médicos y de afecto singularizado”.