Teherán.- El presidente estadounidense, Barack Obama, no puede cambiar la política de su país hacia Irán porque es "rehén del extremismo republicano", aseguró hoy Ali Akbar Javanfakr, asesor de prensa internacional del mandatario iraní, Mahmud Ahmadineyad.
En declaraciones difundidas por la agencia de noticias local Isna, el responsable iraní ratificó, asimismo, que el presidente iraní no tiene prevista reunión bilateral alguna con representantes norteamericanos durante su próxima visita a Nueva York para participar en la Asamblea General de la ONU.
La postura y la conducta de Obama hacia Irán indica que "es rehén del extremismo republicano. No ha conseguido limpiar la Casa Blanca de las ideas de (su predecesor) George W. Bush", señaló Javanfakr.
En este sentido, el responsable iraní señaló que la actitud de Obama tras los disturbios postelectorales en Irán también demuestra que "está obligado" a seguir la senda republicana.
Alrededor de una treintena de personas murieron -según cifras oficiales- y cerca de 4.000 fueron arrestadas durante las protestas que estallaron contra la reelección de Ahmadineyad, que la oposición reformista ha denunciado como fraudulenta.
Irán ha acusado a Estados Unidos y otros países occidentales de instigar la revuelta y de urdir una conspiración para tratar de derrocar al régimen.
Javanfakr también aludió al próximo viaje de Ahmadineyad a Nueva York y a la oferta que el presidente iraní ha realizado a Obama de mantener un debate público para analizar los problemas y los retos del mundo.
"La propuesta de debate entre los presidentes de Estados Unidos e Irán es un canal viable para tocar algunos temas globales, pero parece que la sugerencia ha inquietado a los responsables norteamericanos ya que Obama no ha mostrado hasta el momento ninguna actitud positiva", apostilló.
Medios estadounidenses han apuntado que Ahmadineyad no será invitado a la recepción a presidentes que dará el mandatario estadounidense durante la Asamblea.
Irán y Estados Unidos rompieron sus lazos diplomáticos en abril de 1980, una vez consolidado el triunfo de la Revolución Islámica que desalojó del poder a la dinastía Pahlevi.
Tras treinta años de animadversión, el pasado mes de febrero Obama ofreció al régimen iraní emprender un nuevo capítulo si éste accedía a "abrir el puño". EFE