Nueva York.- Los adultos saludables son propensos a obtener mejores resultados durante la temporada de gripe cuando reciben una vacuna que cuando dependen de los medicamentos antivirales para recuperarse, demostró una nueva investigación realizada en Gran Bretaña.
El equipo dirigido por la doctora Jane Burch reveló que el Tamiflu (oseltamivir), una medicación para la gripe fabricada por el laboratorio suizo Roche, y Relenza (zanamivir), de GlaxoSmithKline, sólo reducirían un día de síntomas en el curso de la enfermedad, comparado con no recibir ningún fármaco.
Aunque los expertos no compararon los beneficios de las vacunas con los de los medicamentos antivirales, los autores indicaron que la vacunación tenía la ventaja de ser una medida preventiva.
Por ello, hacer que más personas se vacunen "sería una opción más adecuada entre los adultos saludables", señalaron los autores en la edición en internet del 8 de agosto de The Lancet Infectious Diseases.
El Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica de Gran Bretaña (NICE) le pidió al equipo de Burch, de la University of York, que revisara 26 estudios científicos para determinar la efectividad de zanamivir y oseltamivir como tratamientos para la gripe estacional en adultos.
NICE es responsable de evaluar los medicamentos para el reembolso del servicio estatal de salud. Los síntomas de la influenza desaparecieron entre uno y un día y medio antes que en las personas enfermas que no habían consumido ninguna medicina.
Con resultados como ese, el tratamiento farmacológico es "poco probable que sea la medida más adecuada", escribieron Burch y sus colegas.
Los expertos creen que una mejor política sanitaria debería extender las recomendaciones de vacunación para todos los adultos saludables. De hecho, indicó el equipo, los resultados serían relevantes para la actual pandemia de gripe H1N1.
Como resultado de este trabajo, actualmente NICE sólo aconseja el uso de tratamientos antivirales para la influenza en las personas consideradas de riesgo.
Entre ellas se encuentran los mayores de 65 años y cualquier paciente mayor de 6 meses con condiciones de salud graves, como enfermedades crónicas en los pulmones, el corazón, el hígado o los riñones, además de diabetes o sistema inmune debilitado.
La principal preocupación de los autores, indicó el artículo, es reducir el riesgo de complicaciones relacionadas con la influenza, como neumonía o exacerbaciones de otras dolencias subyacentes, aunque la investigación aún debe probar ese tipo de beneficio.
Uno de los nueve miembros del grupo de investigadores recibió financiación de compañías farmacológicas que desarrollan las vacunas y antivirales y otro obtuvo "financiación de la industria farmacéutica para asistir a una conferencia relacionada con la influenza".
