Naciones Unidas.- Una mordedura a un guardia de seguridad de la ONU por parte de un ex empleado ha desembocado en la apertura de una investigación en el seno de la organización, que estudia un posible caso de nepotismo que el agresor trataba de denunciar, confirmaron hoy fuentes de Naciones Unidas.
La investigación se centra en la contratación de Rebeca Doss, hija del enviado especial de la ONU en la República Democrática del Congo (RDC), el británico Alan Doss, quien por muchos años fue un alto cargo del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
"El proceso a través del que se la contrató es investigado por la oficina de auditorías e investigaciones del PNUD. Hasta que no completen su labor, no ofreceremos más declaraciones", dijo a Efe el portavoz de esa agencia, Stéphane Dujarric.
El presunto caso de nepotismo salió a la luz pública de manera rocambolesca, tras la detención de un ex empleado italiano del PNUD, Nicola Baroncini, al que se acusa de propinar el pasado 22 de junio un mordisco en el brazo a un guardia de seguridad durante un forcejeo en la sede de la agencia en Nueva York.
Según recogió hoy la prensa local, Baroncini se declaró ayer inocente por esas acusaciones ante un tribunal de Manhattan.
Allí aseguró que su detención estaba relacionada con la denuncia que había hecho de que Doss presionó a favor de la contratación de su hija para un cargo al que éste ex banquero italiano también aspiraba.
Baroncini dice contar con una copia de un correo electrónico en el que Doss pide "flexibilidad para un veterano y leal empleado del PNUD" respecto a su hija, ya que el organismo no suele contratar a miembros de la misma familia.
Aunque ahora es enviado especial en la RDC, cargo que ocupa desde 2007, Doss formó parte hasta el mes pasado de la plantilla del PNUD, confirmó la ONU.
Baroncini, al que no se le renovó su contrato con el Programa de para el Desarrollo, asegura que tuvo acceso al correo electrónico porque una de sus responsabilidades era revisar la cuenta de su superiora en esa agencia.
Según su versión, la respuesta de los responsables del PNUD cuando denunció la situación el pasado 22 de junio fue expulsarlo de las oficinas, lo que condujo a que éste mordiera "para defenderse" a uno de los guardias de seguridad que lo habían reducido y le habían aplicado aerosol con pimienta.
