Grandes desafíos

Sumadas a las deficiencias que confronta el sistema educativo en el país, hay otras reflexiones a las cuales hay que prestar atención, como esta que originan las palabras de Noemí Paymal, antropóloga francesa que trabaja hace años en América Latina, quien asegura que, sin echarle la culpa a ningún profesor o sistema: “La escuela tradicional está colapsando (…) porque el cambio fue más rápido que la capacidad de manejar el asunto”.

Amén de que primero debe contarse con condiciones adecuadas para ofrecer la docencia y una vez resuelto lo que significa indispensable (planteles, pupitres, baños, etc), hay que observar con detenimiento qué sucede con las técnicas educacionales, cuya ausencia conlleva a la falta de atención o dispersión de los escolares. Paymal afirma que una escuela vital, biointegral, debe basar sus técnicas de enseñanza en las emociones, sin descuidar el intelecto.

Esta especialista en educación alternativa y directora del Centro de Investigación Pedagógica 3000 La Paz, en Bolivia, denomina a los actuales estudiantes chicos del “tercer milenio” y cree que existen herramientas muy sencillas y efectivas para tratarlos con una pedagogía holística que entienda y atienda las necesidades de esos niños y jóvenes de hoy.

Si se tiene en cuenta que el Holismo, palabra derivada del griego holos, significa “todo”, “entero”, “total”, se habla entonces de los recursos múltiples que un educador debe emplear, sobre todo “para incluir a los chicos hiperactivos” de la clase.

Según datos ofrecidos por la especialista, como conclusión de investigaciones realizadas en 15 países, “el 80 por ciento de los niños de ahora han cambiado su manera de aprender, su nivel afectivo, su interés emocional; su hemisferio derecho es más rápido, puede hacer varias cosas a la vez, es autodidacta y tiene intereses múltiples. Hay muchas herramientas desde lo físico, lo intuitivo, lo emocional, lo multicultural, lo ecológico, lo ético”.

Teniendo en cuenta todo esto, quienes ejercen el magisterio en la República Dominicana tienen ante sí grandes desafíos: no sólo los factores que han impedido hasta la fecha que el país cumpla los Objetivos del Milenio, sino la necesidad de crear instrumentos cognitivos, emocionales, biointeligentes o biolúdicos y todas esas “armas” de las cuales habla Noemí Paymal, “que trabajan en la conexión mente-corazón”. Aunque está claro, según sus propias palabras, “que vamos a seguir enseñando con herramientas cognitivas, pero lúdicas y con desafíos”.

República Dominicana es una de las naciones de mayores retos en el terreno educacional. No cabe duda.

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