Osiris de León dice Jaime David trata de justificarse

El Coordinador de la Comisión de Ciencias Naturales y Medio Ambiente de la Academia de Ciencias dijo este martes que el Secretario de Medio Ambiente, Jaime David Fernández Mirabal, trata de justificar la aberración ambiental de otorgar una licencia para instalar una planta privada de cemento en la región de Los Haitises bajo el “ridículo e inaceptable pretexto de que quienes se oponen hoy a esa cementera no se opusieron a la construcción de la carretera Santo Domingo-Samaná, la cual pasa por Los Haitises”.

Osiris de León dijo que del mismo modo en que las leyes no tienen carácter retroactivo, las aberraciones ambientales no tienen justificaciones retroactivas, y que constituye una irresponsabilidad mayúscula de un secretario de estado, que tiene el mandato y la ineludible obligación de cumplir con la ley Ambiental, actuar atropellando esa misma Ley, en beneficio de una empresa privada y en contra de la sociedad y del ambiente, sobre la absurda excusa de que quienes hoy se oponen a una obra que ha de producir un desastre ambiental regional no se opusieron ayer a otra obra en la misma zona, porque el papel de cualquier secretario de medio ambiente es velar porque la Ley 64-00 se haya cumplido ayer, se cumpla hoy y se cumpla mañana y que hay que ser muy ingenuo, muy ignorante, o muy mal intencionado, para comparar la ampliación de una carretera de servicio público, que ya existía entre Majagual y Guaraguao, aunque en muy mal estado, con una cementera de carácter exclusivamente privado, que va a remover toda la corteza terrestre hasta los 40 metros de profundidad, va a contaminar una reserva de aguas subterráneas que recibe una recarga de 1,000 millones de metros cúbicos al año, y va a emitir al aire 800 toneladas diarias de dióxido de carbono contaminante.

El geólogo y académico expresó que si el actual secretario de Medio Ambiente y algunos de los actuales subsecretarios entendían que la carretera Santo Domingo-Samaná produciría daños ambientales a la zona de Los Haitises debieron expresarlo públicamente en su momento, antes de iniciar la carretera, como lo manda la Ley, y que si no lo hicieron fue por desconocimiento de las implicaciones de la obra, o por cobardía ambiental, o por irresponsabilidad social, o por indiferencia total, o porque realmente sabían que esa obra, de servicio público, no provocaba daños al medio ambiente, y que hay que ser muy irresponsable para salir hoy con ese pobre argumento que corresponde a una obra ya ejecutada que nunca fue objetada por ninguno de ellos.

De León dijo que si el secretario de medio ambiente entiende que la carretera Santo Domingo-Samaná es perjudicial para el medio ambiente de Los Haitises, entonces, en su condición de guardián del interés ambiental nacional, debe proceder a dar los pasos de lugar para ordenar el cierre inmediato de esa carretera de servicio a todo público, y que si no se atreve a cerrarla, por falta de fuerza, por falta de valor o por falta de razón, tampoco debía atreverse a mencionarla como una obra que daña el medio ambiente de Los Haitises, porque decir que la carretera daña el medio ambiente y no cerrarla es ser un gran irresponsable que no merece el cargo de Secretario.

Dijo que el secretario de medio ambiente debía leerse algún texto de geología y de geomorfología para que comprenda que los domos cársticos y las dolinas drenantes existentes en Gonzalo constituyen, exactamente, la misma asociación que existe a todo lo largo y ancho del sistema cavernoso e hidrogeológico de Los Haitises, y que todo el que diga que la cementera de Gonzalo no está en Los Haitises simplemente está mintiendo.

Expresó que la región de Los Haitises, con 1,600 kilómetros cuadrados de extensión superficial, de los cuales 600 kilómetros cuadrados corresponden al parque nacional definido en la Ley 202-04, representa el principal complejo geomorfológico cárstico de la República Dominicana, y la principal reserva de agua subterránea no contaminada existente en nuestro país, la cual recibe una recarga neta anual del orden de los 1,000 millones de metros cúbicos, reserva que ha de ser utilizada para suplir las futuras demandas de agua potable de Santo Domingo, Boca Chica, San Pedro de Macorís, La Romana, Punta Cana, Bávaro, Monte Plata, Bayaguana, Sabana Grande de Boyá, etc., en vista de que las aguas subterráneas de las ciudades de Santo Domingo, San Pedro de Macorís, La Romana y la zona turística oriental están salinizadas y severamente contaminadas por la proliferación de pozos filtrantes que hacen el papel de improvisados alcantarillados sanitarios que reciben las aguas negras residenciales y hoteleras.

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