¿Dónde está el Presidente Fernández?

Luego de un breve retiro de los artículos que solía escribir, he decidido desempolvar la pluma y volver a emitir mis opiniones sobre los acontecimientos en la República Dominicana.

Y es que por más que me aleje, donde quiera que esté, en cualquier reunión de extranjeros que participe, yo siempre seré dominicano y más aún, con orgullo seguiré representando mi país de origen. En cualquier terreno y donde quiera que vaya.

Hecho el preámbulo, tristemente tengo la necesidad de mencionar una breve lista de casos que han tenido conmoción nacional, y posiblemente peor aún, consternación internacional, pues nuestra imagen se desvanece y la falta de respeto, la burla y el menosprecio que recibimos de otros extranjeros, no son mas que los efectos secundarios que sufren los nacionales de cualquier país; cuando sus organismos gubernamentales y representantes máximos dan la impresión de que no existen.

Citemos como primer ejemplo el caso del virus AH1N1. Desde el presidente Obama hasta los presidentes de otras naciones se han pronunciado directamente sobre esta nueva pandemia o virus o como le llamen los especialistas en el área.

Los ministros de Salud Pública de países como Rusia, Chile, Perú, y para el colmo Haití, entre otros, han emitido denuncias internacionales sobre el contagio de sus nacionales después de haber visitado la República Dominicana. Estos ministros no han sido ni siquiera diplomáticos en sus declaraciones, han dicho categóricamente que sus nacionales y la propagación del virus AH1N1 en sus países se debe porque sus coterráneos se infectaron luego de haber visitado la República Dominicana.

Pero todavía falta, existen denuncias de que colegios privados, por ejemplo el Carol Morgan, entre otros, han tenido que cerrar sus puertas, despachar a los estudiantes, después que un número de estos dio positivo a dicho virus.

A todo esto, tenemos un Ministro de Salud Pública, Bautista Rojas, que da la impresión de que está jugando al tiempo, que no es preciso en lo que dice y lo que hace. Internacionalmente se le califica de bolero, no es que me alegre con dicho calificativo, pero cuando el ministro de salud de Rusia dice y cito: “Ese es el problema, que dicen que solo hay dos casos en RD, pero tememos que la realidad sea otra”, lo que está afirmando ese ministro de Rusia en contra del nuestro es grave.

En forma similar se expresó Chile, Perú, y como dije antes, para colmo, hasta Haití.

Segundo ejemplo: dominicanos y haitianos se decapitan en un sector de Herrera. La importancia de este caso radica en los efectos negativos internacionales que todavía recibimos como nación.
La tardía reacción de nuestras autoridades trajo como resultado que los funcionarios de Haití, posiblemente capitalizando su mejor participación en la recién celebrada Cumbre de Trinidad y Tobago, donde fue evidente que las autoridades americanas mantuvieron su distancia con nuestro país, y donde es Preval, el presidente de Haití, quien aparece sentado en la cena de gala con el Presidente Obama, se nos adelantaran y nos acusaran de cuantas cosas quisieron ante la OEA y demás organismos reguladores.

Lo lamentable del caso es que sólo después de las peligrosas denuncias internacionales, cuando el daño ya estaba hecho, es que la Cancillería responde y el papelazo de que “Somos amigos” se publica.

Para los que todavía optan por oponerse a la verdad de estos hechos, les invito a que visiten Google.com y escriban lo siguiente: “Haitian decapitated in Dominican Republic” y encontrarán mas de catorce mil artículos relacionados al hecho, donde nos califican casi de salvajes.

En gran parte de Europa, blogs, portales, etc., todavía se promueven las imágenes de tan horrorosa atrocidad: la decapitación de un haitiano en la vía pública, a plena luz del día, y con la anuencia de todos los dominicanos, se ejecuta sin que la Policía Nacional se haya presentado al lugar de los hechos con la rapidez que el primer crimen ameritaba, dígase cuando la decapitación de un dominicano ocurre primero. Sin embargo, esa casi ni se menciona.

¿Por qué la Policía Nacional tardó tanto tiempo para presentarse al lugar de los hechos? ¿Cómo es posible que se puedan decapitar dos personas en apenas horas y sin ningún contingente de policías que pudiera frenar tan sangriento acto de desobediencia civil?

No debemos olvidar la cantidad de casos relacionados con el tráfico de drogas, asesinatos, secuestros, desobediencia civil a lo largo y ancho del país. Los desacatos de funcionarios que públicamente admiten como despilfarran el erario publico, y la famosa Cámara de Cuenta que ya ni siquiera cuentos nos hace.

Atrocidades como la construcción de una Cementera en los Haitises, una reserva natural, un pulmón ambiental. Algo inaudito. Ciertamente, existen tecnologías que pueden contralar los escapes de tóxicos que dañen la fauna y la flora de tan hermoso parque, el problema es que nadie cree en la capacidad de quienes estarían a cargo y que mucho menos estas personas estarán regidas por la ley, porque tal parece que no hay ley, no hay orden para nuestros actuales funcionarios.

Lo siento, Jaime David Mirabal, pero sus argumentos son, en su mejor justificación, paupérrimos.

A todo esto, yo sólo me pregunto: ¿Dónde está el Presidente Fernández?

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