Damnificados se mezclan con turistas en hoteles Adriático

Pescara (Italia).- El terremoto del centro de Italia ha obligado a más de 10.000 personas a pasar sus días en hoteles junto al mar donde los ya conocidos como "terremotati" o damnificados del seísmo se mezclan con los turistas en ciudades como Pescara, capital de la costa adriática de Los Abruzos.

Pescara, la ciudad más grande de esta región italiana y que quedó asolada por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), ha conseguido mantenerse intacta tras el terremoto de 5,8 grados en la escala de Richter del pasado 6 de abril y acoge ahora a la mayor parte de los evacuados de la catástrofe que ha sacudido Italia.

Por el momento, y a falta de que los servicios de Protección Civil establezcan un censo con los nombres de los evacuados, el balance oficial de personas sin casa tras la catástrofe se cifra en unas 58.000, de las que entre 10.000 y 20.000 se encuentran alojadas en hoteles.

Y eso por un plazo de tiempo aún indeterminado, pues ni las autoridades, ni los responsables de los espacios hoteleros, ni los propios damnificados saben cuándo podrán recuperar su vida normal o, al menos, comenzar una nueva tras un seísmo que se ha cobrado la vida de 294 personas.

"Estamos desesperados. No hemos podido llevarnos nada de nuestra casa. No tenemos nada aquí, ni dinero, ni ropa, ni nada. Yo tengo un niño pequeño y mi mujer está embarazada y no sabemos nada por parte del Estado", se queja Sandro Puopolo, un joven de 30 que vivía hasta el día de la tragedia en la localidad de Paganica.

"Yo quiero saber si me puedo ir o no, si voy a poder empezar una vida nueva o puedo volver a mi pueblo. Tenemos que saberlo para poder buscar un trabajo", añade Puopolo instantes antes de ponerse a servir cafés para echar una mano en el hotel "Holiday" de Pescara, donde se aloja con su esposa y su niño de dos años.

Junto a la suya, los hoteles de Pescara, que afortunadamente no registran una alta ocupación de turistas aún, rezuman historias de damnificados a los que se les ha dado la consigna de, en la medida de lo posible, olvidar todo lo sucedido y no hablar de ello, para así superar la tragedia lo antes posible y no echarse a llorar.

Tal es el caso de Rosa Friscione, otra vecina de Paganica, de 73 años, que se aloja en el mismo hotel y quien no puede aguantar las lágrimas cuando recuerda el motivo que le ha llevado a este retiro.

"Yo estoy aquí con dos hijas y una nieta. Tengo hijos echando una mano en los campamentos. Aquí nos han acogido con los brazos abiertos y estoy muy agradecida por cómo nos están tratando", dice Friscione, después de comer un buen plato de pasta al pesto con el resto de los "terremotati".

Días de paseos por la playa, de visitas a las iglesias cercanas y de contacto con sus compañeros de tragedia son los que Friscione y el resto de los 85 afectados que se alojan en el hotel "Holiday" viven desde hace ya más de una semana.

La cuestión ahora es el por cuánto tiempo. En el vecino hotel "Regent" los evacuados se cifran en ochenta, y, entre ellos, Stefania Palesse, de 40 años, vecina de L’Aquila y trabajadora de la compañía telefónica Telecom Italia, a quien le han concedido una excedencia de un mes con el cien por cien de su sueldo.

Con ese dinero, Palesse se ha traído a su padre, a su madre y a un sobrino con síndrome de down, al que, comenta, "le han cortado el pelo gratis el otro día", en uno de los muchos gestos de esa solidaridad de Pescara a la que le está tan agradecida.

Tanto los responsables de "Holiday" como los de "Regent" desconocen aún hasta cuándo deberán alojar gratis a los evacuados, dándoles tres comidas al día y todo lo que necesitan en un espacio al que se acercan constantemente voluntarios.

Según explica Gianpiero Gianandrea, uno de los socios del hotel "Holiday", el temor ahora es la temporada estival que se acerca, en la que ellos ya tienen hechas reservas de grupos que quizá tengan que anular si, como todo apunta, la situación actual no se resuelve.

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