Nueva York.- A pesar de que hasta un tercio de los pacientes con demencia grave se alimenta por catéter, no hay evidencias de que eso prolongue la supervivencia o mejore la calidad de vida, indicó un estudio.
Los resultados de la investigación fueron publicados en la edición en internet de Cochrane Database of Systematic Reviews.
"De hecho, algunos datos sugieren que la alimentación por catéter elevaría la tasa de mortalidad y la cantidad de nuevas enfermedades, y reduciría la calidad de vida", aclaró la autora principal del estudio, la doctora Elizabeth L. Sampson, en un comunicado.
Tras buscar en varias bases de datos de salud, el equipo dirigido por Sampson, de Royal Free & University College Medical School, en Londres, identificó siete estudios observacionales que habían comparado grupos de pacientes con demencia alimentados o no por catéter.
De los 1.821 pacientes, de entre 63 y 107 años, 409 recibían alimento por catéter. Las causas incluían la alimentación inadecuada, adelgazamiento, rechazo a comer y problemas para tragar.
La revisión demostró que ningún estudio había identificado una relación entre la alimentación por catéter y la disminución del riesgo de muerte, una mejor nutrición o la incidencia de escaras y que ninguno había evaluado la calidad de vida o el funcionamiento físico.
Un estudio había identificado un aumento del riesgo de neumonía por aspiración con la alimentación por catéter y una mayor probabilidad de necesitar restricción física. Otro paciente había desarrollado un absceso abdominal fatal asociado con la alimentación por catéter.
El equipo explicó que la alimentación por catéter a menudo comienza para evitar que el paciente muera de hambre. Pero "las evidencias de otras enfermedades terminales sugieren que el rechazo de la comida y el agua no causaría dolor".
Esos pacientes, precisaron los autores, no pueden dar su consentimiento informado, lo que "destaca el papel potencial de la planificación y la toma de decisión avanzada de la atención de la salud para maximizar la administración del cuidado de alta calidad y adecuado para cada paciente de ese grupo vulnerable".
El equipo opina que se necesitan con urgencia más estudios sobre ese tema con cohortes más grandes, diagnósticos precisos y que tengan en cuenta variables que puedan afectar o distorsionar los resultados, como así también los hallazgos clínicamente relevantes, incluida la calidad de vida.
