El tradicional Sermón de las Siete Palabras se concentró en críticas al aborto y en pedidos de iluminación de los caminos del mundo “abarrotados de tumultos violencia, mentiras, escándalos, estructuras injustas y sistemas políticos que se prestan para promulgar leyes a la medida de los gobernantes de turno”.
Los párrocos también pidieron por los legisladores que promueven la modificación del artículo 30 de la Constitución, que establece el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte.
Perdonar a los legisladores
El padre Ramón Ruíz, de la parroquia Santa Cecilia, tuvo a su cargo la primera reflexión, donde pidió al Señor perdonar a los legisladores que promueven la variación del artículo 30 en la propuesta de la reforma constitucional, en el cual se establece el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte.
Pidió perdonar a las feministas que han hecho creer que donde el aborto es legal las muertes maternas son menores que donde está penalizado.
Ruíz también solicitó el perdón para el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, porque a pesar de la crisis económica por la que atraviesa esa nación libera millones de dólares para financiar la interrupción del embarazo en los países pobres, y para la Organización de las Naciones Unidas (ONU), por sumarse a "esa penosa causa".
En el aspecto local, Ruíz dijo sentir una terrible decepción, porque con gente tan valiosa como la diputada Minou Tavárez Mirabal, Magda Rodríguez y Tito Terrero Encarnación se hayan convertido en los principales promotores del aborto en el Congreso Nacional.
"Perdónalo, Padre, porque se les ha olvidado que fueron elegidos para legislar a favor de los valores de la patria", rogó.
Diversiones, la música y el ruido
La Segunda Palabra estuvo a cargo del sacerdote Ramón Rodríguez Domínguez, director del Instituto Politécnico de la Familia, quien aseguró que "el camino que llega a la perdición es un camino de muerte y lo transitan los que viven en medio de la muerte y se pasan la vida en el temor, renegando y maldiciendo una vida a la que no encuentran sentido, y en la que solo hayan un alivio pasajero alienándose de las mismas, matando el tiempo con el trabajo, las diversiones, la música y el ruido, incapaces de entrar dentro de sí mismo en el silencio que le resulta insoportables".
En la reflexión, que tradicionalmente realiza la Iglesia católica sobre la realidad religiosa y social e inspirada en las últimas Siete Palabras de Jesús en la cruz, también participó el sacerdote Luis de la Cruz, quien tuvo a su cargo la Tercera Palabra.
No practicar el aborto
El sacerdote Luis de la Cruz, quien tuvo a su cargo la Tercera Palabra, llamó a las jóvenes madres a no practicarse el aborto, ya que el embarazo es don de Dios.
Mencionó a la virgen María, de quien dijo fue dada en la cruz como madre al discípulo, lo que manifiesta el amor de Dios por nosotros. "Por eso odiamos el aborto"
Disculpar el crimen
Alejandro Cabreja, de la parroquia Santa Ana de Gualey, pronunció la Cuarta Palabra elevando una plegaria por los jóvenes, los niños por nacer y los que han sido eliminados por el hambre, los terroristas y los humillados, así por quienes "pretenden disculpar el crimen".
"Te pedimos, Padre, por aquellos que están a punto de perder la fe. Muchos se vuelven contra ti porque sufren. Acompaña en esta hora a los que sufren, especialmente a los que se sienten abandonados, los que se sienten hundidos en su depresión, ayuda a los que sienten ideas de suicidio, los que creen que ya la vida no sirve para nada".
Nada justifica el aborto
En tanto que la quinta reflexión la pronunció el padre Darío Bencosme, de la Parroquia Inmaculada Concepción del Invi. También criticó el aborto y la insistencia con que grupos en el mundo y la sociedad dominicana luchan para que se legalice esa práctica que, dijo, "es inaceptable ante los ojos de Dios".
"No hay circunstancia, no hay enfermedad, no hay situación de peligro que justifique tan horrendo crimen". "Jesús tiene sed de padres y madres responsables para que no confíen la educación de sus hijos a hombres y mujeres sin principios".
Iluminar la Asamblea Nacional
La Sexta Palabra estuvo a cargo del padre Demetrio de la Cruz, quien pidió al Padre iluminar los caminos de este mundo que están abarrotados de tumultos violencia, mentiras, escándalos, estructuras injustas y sistemas políticos que se prestan para organizar y promulgar leyes a la medida de los gobernantes de turno.
Dijo que al igual al Santo Padre y los conceptos emitidos por la Conferencia del Episcopado Dominicano ora para que el Señor ilumine a la Asamblea Nacional a fin de que se mantenga invariable el artículo 30.
Vivir de los demás
La Séptima y última Palabra estuvo a cargo de Fray Gabriel Robles, párroco de Nuestra Señora de Consolación, quien encomendó en las manos del Espíritu Santo "a los inocentes que mueren antes de nacer del vientre de sus madres, a los que mueren una vez nacidos porque han venido al mundo en que solo aprenden cosas malas y por tanto simplemente siguen haciéndolas, llámese robar, asesinar, consumir y distribuir drogas, especular con los recursos de los pobres y, en definitiva, querer vivir de los demás".
Entiende que la muerte de los desgraciados parece que no tiene relevancia y no importa, "pues para una avanzada socieda moderna y tecnocrática solo los que triunfan valen y cuentan".