La oración de Carmona

Como que son estos días de introspección y reflexión, vale la pena detenerse en cada segmento del acontecer nacional una y otra vez, hasta el cansancio, y hacer una oración como la de nuestro colega y amigo Bienvenido Carmona, titulada Sacando Chispas: Paz en Semana Santa, donde ruega al Señor para que deje caer su manto sagrado sobre algunos hermanos que lo necesitan.

Certeza y orientación de Carmona en esta vasta oración para quienes necesitan, más que todo, redimir sus caminos y ser orientados, a ver si la brújula de la ética y la memoria de la humildad que acunó sus orígenes y han sepultado en una especie de regocijo vano, retorna a sus conciencias y comprenden que aún pueden como hijos pródigos prestar atención al camino perdido y hacer las obras que esta nación requiere y puso sobre sus hombros, aunque ellos parecen haberlo olvidado.

Nos unimos a la oración de Carmona por esos afligidos seres y por aquellos otros cuyos nombres no pueden aprisionar estas líneas por estar en mayoría y que, en esa intimidad de su propio ser, saben perfectamente que no actúan bien en el ejercicio de sus funciones políticas, sociales, institucionales y mucho menos en esa práctica de mostrar ante una población desnutrida y pobre, la opulencia y riquezas obtenidas de fondos que no les pertenecen.

La Semana Mayor, ésta en particular, tiene lugar en momentos en los cuales el presidente Leonel Fernández reclama unidad fe, paz y sosiego a la población dominicana, cuando se intenta con los “diálogos populares y encuentros democráticos” ofrecer una especie de nueva esperanza para viejos problemas. Fernández se compromete a escuchar “los reclamos de la sociedad dominicana y ofrecer soluciones a dichos problemas”.

Las expresiones de disgusto popular sólo se han detenido por estos días; ya se anuncian paros y manifestaciones después de la Semana Santa y aunque Fernández habló de que “nadie en este país se acueste con el estómago vacío” los precios del pollo, el arroz y las habichuelas, como dicen muchos comentaristas radiales, sólo han bajado en los periódicos.

Si, Bienvenido Carmona acentúa en su pedido la ayuda del Señor para los muchos hermanos que están esperando, nos sumamos a su oración por el resto de este país que espera soluciones y cumplimiento de promesas que parecen tan lejanas como las calendas griegas… “¡Por los siglos de los siglos, amén!”.

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