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Lago Enriquillo busca recuperar su espacio

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El geólogo Osiris de León explicó que las áreas que actualmente inunda el lago Enriquillo son parte de su espacio, pero que en la medida en que sus aguas se habían evaporado, fruto de la intensa radiación solar que llega a la zona, los lugareños tomaron esos espacios para la siembra, para la crianza de ganado y hasta para nuevos asentamientos humanos.

“Todas esas tierras que la gente cree que el lago les ha invadido, no pertenecen al ser humano. Pertenecen al lago”, agregó.

Dijo que el aumento de las aguas del lago Enriquillo como del lago Sumatra, de la nación haitiana, es una situación normal en períodos de intensas lluvias, al destacar que en el pasado geológico eran un solo lago que se fue evaporando y solo quedó agua en las depresiones más profundas.

Informó que todo el valle de Neyba era un antiguo canal marino que comunicaba la zona de la bahía de Neyba con lo que hoy es Puerto Príncipe, pero en la medida en que las aguas fueron evaporándose, el nivel del lago fue disminuyendo, al igual que se redujo el volumen del agua almacenada, sumado al cierre de la bahía de Neyba con los sedimentos que depositaba el río Yaque del Sur, más un levantamiento tectónico compresional en la zona de Jimaní, lo que motivó la formación de estos dos lagos, siendo el Enriquillo el mayor de los dos, a veces superior a los 300 kilómetros cuadrados de superficie, y el que concentra la mayor salinidad.

La salinidad en algunas áreas es del orden de las 100,000 partes por millón de cloruros totales (10% de salinidad total), mientras en otras áreas solo llega a 10,000 partes por millón de cloruros totales (1% de salinidad total), cuando la salinidad del agua de mar varía entre 30,000 y 50,000 partes por millón de cloruros totales, (aunque el promedio es de 3.5 % de sales) siendo el cloruro de sodio (NaCl) y el cloruro de potasio (KCl) los cloruros dominantes.

Dijo que en el pasado geológico el nivel del lago era el mismo nivel del mar, lo cual puede comprobarse al recorrer la zona y ver los grandes bancos coralinos que bordean todo el valle de Enriquillo, pero que en zonas tropicales secas, como la cuenca de Enriquillo, la evaporación puede ser superior a los 2,500 milímetros por metro cuadrado anualmente y que esa es la razón por la cual en el pasado el nivel del lago ha bajado tanto y ha llegado a estar a 50 metros bajo el nivel del mar, ya que la evaporación generalmente ha sido muy superior a la recarga que llega por los ríos y por los manantiales, y que solamente en los períodos de tormentas y huracanes es cuando el nivel del lago se recupera y asciende.

Aportes caudales elevan nivel del lago

El geólogo Osiris de León dijo que los manantiales de Las Barías, Boca de Cachón, Las Marías y Duvergé, que se encuentran al borde de la cuenca del lago Enriquillo, gracias a un sistema de fallas tectónicas, y que aportan más de 20,000 metros cúbicos por hora, han incrementado sus caudales con las precipitaciones que se produjeron a raíz de la tormenta Noel en octubre del año 2007, cuando en la zona cayeron 700 milímetros de lluvia en una semana, lo cual equivale a la cantidad de lluvia que normalmente esa zona recibe en 18 meses.

“Dijo que en la medida en que se incrementan las precipitaciones en la región, también hay mayores aportes de aguas superficiales por el río Panzo, Barreras, Los Bolos, Penitente, Las Damas y Bermesí, que drenan hacia el lago Enriquillo, y que estas mismas lluvias recargan las aguas subterráneas y eso hace que el aporte de agua desde los manantiales hasta el lago sea mayor, y en la medida en que se incrementa el aporte total de agua, este aporte supera el volumen de evaporación, lo que incrementa el nivel del agua del lago”, dijo.

Explicó que cuando hay más evaporación que recarga de agua, el nivel del lago baja, como ocurrió antes del huracán David y la tormenta Frederick, de septiembre de 1979, cuando a la isla cabritos se podía entrar caminando, pero en épocas de tormentas tropicales, como los años 2007 y 2008, los ríos incrementan sus caudales, los acuíferos se recargan y el aporte de caudales es mayor, lo cual eleva el nivel del lago.

Dijo que las zonas vecinas al lago no deben ser utilizadas para la agricultura, ni para la ganadería, ni para asentamientos humanos, porque el nivel del lago siempre va a variar hacia arriba o hacia abajo dependiendo de las condiciones meteorológicas regionales, y que el efecto del cambio climático va a provocar que las lluvias sean cada vez mayores, porque hoy día es más largo el período en que las aguas de la superficie de los mares vecinos es superior a los 27 grados Celsius, lo que genera mayor cantidad de vapor de agua que se acumula en forma de nubes que descargan lluvias sobre el territorio insular de la Hispaniola.

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