“¿Lo dejamos o no lo dejamos?” Esta es la pregunta que muchas veces se hacen los padres ante los reclamos de sus niños que, ya sea por miedo o porque prefieren estar en compañía, quieren a sus padres cerca a la hora de dormir. Con respecto a este tema hay opiniones a favor y en contra. Si como padres temen que compartir la cama con sus hijos afecte su desarrollo, un nuevo estudio ha demostrado que hacerlo después del primer año de vida no presenta riesgos. Sigue leyendo y luego cuéntanos: ¿lo han dejado compartir la cama con ustedes o no?
A muchas mamás les encantaría dormir toda la noche con sus bebés sobre el pecho, pero los especialistas no lo recomiendan. La Academia Americana de Pediatría (AAP por su sigla en inglés) sugiere que los lactantes no compartan la cama con sus padres. El temor principal es que sufran lo que se conoce como Síndrome de Muerte Súbita del Lactante.
Independientemente de esto, el denominado colecho, nombre con el que se denomina, justamente, al hecho de que los niños duerman o compartan la cama con sus padres varias veces por semana, parece ser algo cultural.
Y mientras algunos temen que esto afecte el desarrollo psicológico de los niños, otros consideran que la separación entre la mamá y el bebé a veces se produce demasiado temprano ya que, por ejemplo, en las sociedades occidentales se tiende a alejarlo y dejarlo solo prácticamente desde el momento en que nace, aunque, los bebés muy pequeños necesiten el contacto físico constante con sus mamás hasta que se adaptan al nuevo mundo en que se encuentran.
Ni un extremo ni otro. Un estudio reciente ha demostrado que dormir en la cama de los padres luego del primer año de vida no afecta el desarrollo intelectual o social de los niños pequeños, aunque los investigadores que estuvieron a cargo recordaron la importancia de tener en cuenta la sugerencia de la AAP.