En un artículo publicado en el Journal of Epidemiology and Community Health, cuatro científicos hacen un llamado para que se hagan investigaciones que permitan entender los efectos en el cuerpo humano y en el desarrollo embrionario de al menos 4.000 sustancias químicas que se utilizan en los empaquetados.
Los expertos Jane Muncke, John Peterson Myers, Martin Scheringer y Miquel Porta advierten que es «demasiado poco» lo que se sabe sobre estas sustancias que, en algunos casos, «podrían ser una causa de cáncer».
También consideran que se necesitan explorar los vínculos entre el empaquetado y la obesidad, la diabetes y enfermedades neurológicas.
«Exposición de por vida»
Los especialistas notaron que algunos compuestos químicos, como formaldehído, que dicen causa cáncer, se utilizaron para la elaboración de muchos materiales, como los plásticos de las botellas de gaseosas y vajillas.
Los científicos temen que las sustancias químicas de los empaques se pueden filtrar a las comidas.
Estas sustancias podrían filtrarse en las comidas, y agregaron que los riesgos de una «exposición de por vida» no estaba documentada.
«Mientras que la ciencia para algunas de estas sustancias se debate, y los legisladores se esfuerzan por satisfacer las necesidades de los accionistas, los consumidores se exponen a diario a estos compuestos, la mayoría de ellos inconscientemente», señalaron.
El problema está en que su estudio no es una tarea fácil, pues tal y como explican los expertos, no existen poblaciones que no estén expuestas y que sirvan para la comparación.
Este llamado no ha estado exento de críticas.
El doctor Ian Musgrave, profesor titular en farmacología de la Universidad de Adelaide, en Australia, considera que es «muy difícil tomar con seriedad» las declaraciones sobre los riesgos del formaldehído.
Musgrave agregó que este compuesto estaba presente en muchos alimentos de forma natural, y que para consumir tanto formaldehído como el que hay en una manzana, la gente tendría que comer «al menos» 20 litros de agua embotellada en plástico.
«Obviamente la preocupación sobre el formaldehído en los empaques está significativamente sobrevalorada, a menos de que estemos dispuestos a colocar etiquetas de ‘potencial riesgo de cáncer’ en las frutas frescas y vegetales».
