El cólera, lamentablemente, sigue siendo noticia, más aun ahora, ante un nuevo brote en Haití, de lo cual el principal responsable de la ONU para enfrentar esta enfermedad, Pedro Medrano, aseguró que podría perpetuarse ante la falta de fondos para combatirla.
El Ministerio de Salud Pública en República Dominicana ha reforzado las medidas de control y supervisión, para evitar que dicho brote se expanda hasta aquí y la ministra de Salud, Altagracia Guzmán Marcelino, convocó a las empresas que distribuyen agua procesada a la población, a fin de garantizar medidas preventivas al respecto.
Guzmán Marcelino exigió a los epidemiólogos de cada centro sanitario que “deben notificar los casos de diarrea que reciban, específicamente cuando ocurran pequeños brotes, que no se cataloguen como esporádicos. Lo más importante es la detección a tiempo de un posible caso para aplicar las medidas correctivas”, dijo.
No hay que olvidar que desde el año 2010, Haití debió enfrentar la epidemia que cobró la vida de “un número inaceptable de personas que fueron afectadas con cerca de 712.330 casos sospechosos, y una estimación de 8.655 muertos”, según el informe de la OCHA citando al ministerio de Salud Pública y Población (MSPP) local.
De manera que se actúa en correspondencia con una de las causas principales u origen del mal, que es el agua, en la cual deben verificar la presencia o no de la bacteria Vibrio Cholerae, causante del mal, así como determinar los niveles de clorificación existentes en el preciado líquido.
Aun cuando las autoridades se preocupen y ocupen por evitar que el cólera penetre al territorio nacional, cada familia tendrá que operar por sí misma: hervir el agua que se consume; impedir los depósitos de basuras y otros desechos perjudiciales en patios y calles. Cada quien debe hacer su parte para evitar ser uno más.
