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El cigarrillo electrónico: ¿vapear es lo mismo que fumar?

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El cigarrillo electrónico se ha convertido en una alternativa para quienes desean dejar de fumar. GTRES El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas recomiendan a los ciudadanos no consumir cigarrillos electrónicos ni cigarrillos sin combustión por la existencia de riesgos para la salud.. ¿Es lo mismo vapear que fumar? Las respuestas a los principales interrogantes que plantea el cigarrillo electrónico, o e-cig, que vive un auténtico ‘boom’ en España.

¿Qué es el cigarrillo electrónico? Los vapeadores son dispositivos con forma de cigarrillo convencional que liberan nicotina a través de un calentamiento de un líquido mezcla de propilenglicol y glicerina vegetal.

La mezcla se calienta hasta los 350 grados mediante una batería que se carga con un puerto USB. Se aspira a través de una boquilla. ¿Quién lo inventó? El cigarrillo electrónico es un invento de un doctor chino que perdió a su padre por un cáncer de pulmón. Se trata de Hon Lik, de 57 años, que patentó en 2003 el primer cigarrillo electrónico con nicotina. ¿Cuánta gente se estima que vapea en España? El sector calcula que los usuarios de cigarrillos electrónicos pueden ser ya más de 450.000 personas en España. ¿Cuál es el volúmen de negocio? En 2016 se han facturado 55 millones de euros, según un informe elaborado por la Unión de Promotores y Empresarios del Vapeo (UPEV).

El número de tiendas especializadas supera las 400. El sector emplea a 2.500 personas de manera directa e indirecta. ¿Es más barato que el tabaco convencional? Los vapeadores salen a la larga más baratos que el tabaco convencional, según vapeadores consultados. El desembolso inicial, sin embargo, es más costoso.

El dispositivo cuesta entre 50 y 70 euros. Las recargas unos 5,5o euros. ¿Qué tipo de recargas se pueden adquirir? Los líquidos que calientan la nicotina se presentan en diferentes sabores, muchos de ellos afrutados o de café y otros que simulan el sabor del tabaco original.

¿Cuál es la principal polémica? La guerra de los cigarrillos electrónicos enfrenta a aquellos que consideran estos dispositivos una alternativa más saludable que el tabaco convencional con los que defienden que su desembarco ha dado al traste con las políticas antitabaco de las últimas décadas.

Unos aseguran que los vapeadores serán al cigarrillo como el ordenador a la máquina de escribir. Los otros lamentan que se haya articulado la resocialización del consumo de nicotina. Estos últimos lamentan su popularización antes de que la ciencia haya llegado a discernir los riesgos que puede conllevar para la salud.

¿Es el cigarrillo electrónico inocuo? La inhalación de nicotina con saborizantes y aromas no es inocua, según el coordinador del área de tabaquismo de la sociedad española de neumólogos, el doctor Segismundo Solano. «Hay estudios que demuestran que el uso de estos dispositivos irrita la vía aérea y altera la función pulmonar. Eso son los efectos a corto plazo, desconocemos los efectos a largo plazo porque no hay estudios concluyentes».

Por otra parte, la semana pasada se dio a conocer el primer caso diagnosticado en España, el segundo en el mundo, de neumonía lipoidea asociada al cigarrillo electrónico. Es el caso de un paciente de 50 años que vapeaba hasta cinco cargas diarias, el equivalente a cinco cajetillas de tabaco convencional.

¿Sirve para dejar de fumar? Los defensores del vapeo valoran su potencial para disminuir el uso del tabaco convencional, que se presupone mucho más letal.

Estos blanden estudios que concluyen que sirve como sustitutivo del fumar. Sin embargo, la mayoría de la comunidad científica asegura que la eficacia como terapia sustitutiva del tabaco está lejos de demostrarse. La OMS considera que solo un 1% de los que vapean consiguen dejar de fumar.

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