Leer que la República Dominicana Ocupa el segundo lugar en inseguridad, de acuerdo a un estudio realizado sobre el tema en 149 países, no es sorpresa pues los rostros lo demuestran. Lo más frecuente es la expresión “no confío en nadie”. No soy inclinado a la preocupación pues causa inquietud. Medito sobre la situación para tomar la decisión de protección según donde vaya. Algo me lleva a mí bitácora y tengo a Mahatma Gandhi refiriéndose al miedo el ocho de diciembre de 1946. Me permito repetir, el Ateneo de mí Macorís del Mar era mi rincón preferido y lean lo que copié:
Vuestro enemigo es el miedo: “vuestro peor enemigo es el miedo, que roe la vida tanto de quien se deja intimidar por el terror como la del terrorista. Éste teme algo de su víctima, quizá su religión, extraña para él, o su riqueza. La segunda clase de miedo recibe el nombre de la codicia. Si se examina esta cuestión, se observará que la codicia es una variedad del miedo. Pero no ha existido todavía, ni existirá jamás, una sola persona que pueda intimidar a otra cuyo corazón está libre del miedo. ¿Por qué el hombre valeroso no puede ser intimidado? Observaréis que Dios está siempre de parte del valeroso. Por ellos, temámoslo sólo a él y busquemos refugio en él. Cualquier otro miedo se desvanecerá por sí solo.
Gandhi le escribe a Maulana Mehomed Alí, 8 de febrero de 1824. El miedo produce desconfianza: Quien siente amor hacia mí podría demostrarlo de ahora en adelante promoviendo la unidad que todos nosotros deseamos. Sé que es una tarea difícil, pero nada es imposible si tenemos una fe viva en Dios. Dirijámonos a él, conscientes de nuestra debilidad, y él ciertamente nos ayudará. La debilidad produce miedo y el miedo produce desconfianza. Todo nosotros musulmanes e hindúes, queremos vencer nuestro miedo. Y bastaría con que uno de los dos partidos venciere el miedo para que la lucha cesara.
Amable lector dejo a Gandhi y miramos al guerrero Napoleón Bonaperte. “Cuando no se teme a la muerte se la hace penetrar en las filas enemigas. Consérvense bueno.
El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.
