El sermón de las Siete Palabras sonó fuerte en los oídos populares y ojalá aún le analicen más quienes ocupan importantes puestos en el gobierno.
Para los religiosos, como es el caso del diácono Benito Moreno “los gobernantes enfrentan dificultades, pues no sólo tienen que responder a los poderes extranjeros, sino también emplear recursos para mantener en armonía la sociedad”. En este sentido hubo un cuestionamiento a la corrupción imperante en la nación dominicana, “la inequidad judicial, la delincuencia, la inseguridad ciudadana, la paternidad irresponsable y la falta de recursos para la educación”.
Durante mucho tiempo podrán mencionarse las denuncias de este viernes santo a los males sociales que afectan al país, cuyos responsables, no sólo roban, sino que usurpan las riquezas y especulan con los precios. Las palabras del Cristo en la cruz sirvieron para resaltar la analogía entre el “hijo metido en drogas, consumiéndolas y traficándolas. Preso injustamente y con unos jueces que se venden por dinero, con unos abogados que demuestran la inocencia del culpable usando trampa y haciendo chanchullo”.
También hubo mención a los envejecientes, esos seres en cuya piel se marcan décadas de existencia: ancianos “sin derecho a la seguridad social, sólo porque las Administradoras de Riesgos de Salud tienen una política de exclusión a los que ellos creen que les serán un problema”.
La República Dominicana vive días de inseguridad ciudadana, robos y atracos y si bien es cierto que muchos representantes de las autoridades realizan esfuerzos por devolver la paz y seguridad a las calles y barrios, otros marcan con sus conductas el escepticismo y falta de fe en quienes debían proteger y, sin embargo, también delinquen.
“Jesús alza la voz al padre al ver tantos funcionarios y funcionarias que no tienen mucho dinero al llegar al puesto político y a los pocos meses ya hablan de millones, todo esto con el dinero de los predilectos de Jesús, que son los más pobres”.
Durante muchos días habrá que dedicar atención al Sermón de las Siete Palabras, porque de muchas maneras develan realidades incuestionables que aún pueden ser mejoradas en la República Dominicana.




