Estamos en la Semana Santa y junto al resto del mundo, la mayor parte de las familias dominicanas conmemoran la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, en un período en el cual la liturgia acompaña estos días.
Sin embargo, los llamados de atención a “cuidar su destino”; “no ingerir bebidas alcohólicas mientras conduce”; “cuide la vida de sus familiares”; “cierre bien su casa”, entre otros, recuerdan la manera en que el Centro de Operaciones de Emergencias (COE), e instituciones que integran ese organismo han anunciado en años anteriores los operativos que en esta ocasión el Ministerio de Salud Pública ejecuta como “Destino Santo 2011”, “con el objetivo de reducir pérdidas de vidas humanas y daños a la salud durante el feriado de la Semana Mayor”.
En esta ocasión participan alrededor de 49 unidades de ambulancias en carreteras y 8 consultorios móviles fijos en lugares donde exista mayor concentración de personas, incluyendo carreteras, playas, balnearios y otros.
Los días de asueto de la Semana Mayor llegan y aunque se aspira a que haya un menor número de personas afectadas con relación a años anteriores, lo ideal sería que playas y balnearios no tuvieran que utilizar las ambulancias que apoyan las labores de prevención y atención a quienes sufren accidentes.
Cada año, las cifras de víctimas se tornan espeluznantes. En franca incongruencia con el fin de recogimiento, reflexión, meditación, unión familiar y otros llamados que identifican esta fecha.
La campaña de información y divulgación pública para sensibilizar y orientar a la población se ha llevado a cabo, sin lugar a duda. Ahora resta que cada individuo actúe de acuerdo a las acciones que debe observar para evitar situaciones lamentables.
Que pueda existir una feliz conclusión en estos días de la Semana Santa, aniversario del triunfo de Jesús Cristo. Que la sociedad dominicana goce de una expansión espiritual y sean momentos de verdadero crecimiento espiritual y conciliación consigo mismo, sobre todo para quienes dirigen los destinos de la nación.