De convenciones hablamos…

Este 6 de marzo el Partido Revolucionario Dominicano desarrolla su XXIX Convención y para Emmanuel Esquea, Presidente de la Comisión Nacional Organizadora, tras el “Pacto de Compañeros” entre los candidatos Hipólito Mejía y Miguel Vargas habrá mucha tranquilidad para quienes militan en esa organización política, que “de paso dará una demostración de unidad al pueblo dominicano”.

No hay duda de que las miradas están puestas en estos resultados que significan para República Dominicana una parte importante del debate electoral de 2012.Pero, en verdad, cuando el doctor Esquea afirma que la Convención del PRD resultará un evento exitoso, “con el que se le rendirá póstumo tributo al doctor José Francisco Peña Gómez, fecha de su natalicio”, la pregunta sigue siendo si no debía ser esto lo primero: o sea, unidad y homenaje a la figura de quien defendió hasta su muerte los ideales democráticos del pueblo dominicano. Porque esta sociedad está harta de tantos “inútiles decires” y comentarios inservibles sobre “rumores esparcidos” u otros comentarios.

Nada como la seguridad e integridad de cada quien y de sus propias filas. No cabe duda de la trayectoria política del PRD, cuyo prestigio y fuerza histórica hizo posible que Juan Bosch fuera el primer presidente elegido democráticamente después de la tiranía trjillista. Y aún cuando la nación no pudo disfrutar mucho tiempo de ese gobierno, quedó la impronta del valor y la dignidad con que dominicanas y dominicanos enfrentaron el golpe de Estado de septiembre, en 1963, cuando los sueños populares fueron frustrados y Peña Gómez enalteció al partido blanco.

Se sabe de sobra que el mandato de Hipólito Mejía transcurrió durante un período turbulento, al cual siguió la asunción del Partido de la Liberación Dominicana hasta nuestros días…

En verdad, el PRD se encuentra inmerso en uno de los momentos cruciales de su existencia y sólo la unidad interna puede fortalecerle en lo externo.

El pueblo dominicano necesita confiar, pero la figura del líder tiene que reflejar esa imagen sobria, digna, capaz de respetar, para poder ser respetado, de apoyar sin medias tintas. El país pide a gritos cambios y transformaciones, que sólo pueden llevar a cabo fuerzas políticas que fortalezcan individual y colectivamente la institucionalidad y la democracia.Vista hará fe. El tiempo dirá quién o quiénes asumirán el protagonismo para tales fines…

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