Aunque falta un año y más, el tema de las elecciones de 2012 ocupa las primeras páginas y principales espacios televisivos y radiales.
Las preguntas suelen abarcar temas diversos, pero todos en el mismo sentido. Por ejemplo: ¿evoluciona el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), en estos tiempos?
Para militantes como Samuel Moya, dirigente del PRD, Miguel Vargas es el mejor candidato, pues asegura que fue él quien llevó la organización política al lugar donde, precisamente, estará identificada en las boletas de 2012, con su figura como candidato indiscutible a ocupar el poder, según su criterio.
“Es el hombre que ha reivindicado a la organización”, sustenta Moya y mientras el PRD juramenta nuevos miembros, la realidad presenta al presidente Leonel Fernández con el control de los poderes del Estado.
Para dominicanas y dominicanos, atender el resultado de las encuestas no es seguro, porque no siempre reflejan verdades en todas sus proporciones, ni las opiniones de las mayorías.
Muchos perredeístas como Moya hablan con respeto de Hipólito Mejía y lo catalogan “candidato fuerte”; pero, siguen pensando que Vargas Maldonado posee mayores posibilidades.
Otra reflexión de estos días es que resulta muy cuesta arriba pensar lo que está cavilando el presidente Fernández. Algunos aseguran que quizás busca en este período mantenerse protegido o salvaguardar a su partido. El ha sostenido que los procesos reeleccionistas producen grandes daños a las naciones. Pero, ahora mismo, nadie puede certificar qué hará Fernández.
¿Dejará el PLD el poder? ¿Arribará al trono presidencial el PRD? ¿Tendrá fuerzas el candidato de uno u otro partido para vencer?
El presidente Leonel Fernández tiene ante si las vertientes e interrogantes que sólo él conoce y se niega, hasta el momento a dilucidar. Su silencio choca contra el querer enfrentar la corrupción, en tanto esta ahoga las funciones públicas; detener la delincuencia, mientras las calles se convierten en intransitables y la violencia se multiplica cada día.
Así vivimos los días finales de 2010; ni pensar en lo que sucederá en 2011 y los gastos que tendrán que cargar todos los dominicanos, sin haber arribado a 2012, el año de las elecciones…