No se trata solamente de preocuparse por la violencia contra quienes ejercen el periodismo, sino de la vergüenza y desaliento existentes por los grados de impunidad que revelan los asesinatos y amenazas a que son sometidos. El propio vínculo de la prensa como aliada en la lucha contra el narcotráfico y en todas las batallas democráticas incide en lo que la directora general de la UNESCO, Irina Bokova, califique como "oleada de asesinatos de periodistas" los últimos días.
Bokova lleva el conteo de 36 asesinatos de periodistas y otros profesionales de los medios de comunicación en lo que va de año y llama a que "las autoridades de estos países hagan cuanto esté a su alcance para investigar los crímenes y procesar a sus culpables".
Se conoce que en los primeros ocho meses del actual año han muerto en el mundo 52 periodistas en el ejercicio de su profesión, según denuncias de la directora interina del Instituto Internacional de Prensa (IPI), Alison Bethel McKenzie.
Se plantea, además, que al menos uno de cada cinco asesinados, trabajaba en casos de corrupción y aunque en América Latina y el mundo, el país más peligroso para la prensa es México, el resto de la región ofrece datos que inquietan y conmueven.
Especialistas en el tema señalan como una de las cuestiones que influye en el mal trato a la libertad de prensa y la peligrosidad en este oficio, la deficiencia en el marco legal. Proponen hacer un órgano regulador de las comunicaciones, que sea independiente y vele por todo cuanto ocurre en el gremio y las violaciones a las cuales son sometidos hombres y mujeres de los medios de comunicación.
Lamentablemente, las cifras registradas son vidas humanas y por eso se cierne una cortina de luto sobre las estadísticas que reflejan en 2009, 110 periodistas fallecidos por realizar su trabajo, en tanto que 2010 va sellando “un número similar a ese terrible balance", tal y como afirmó McKenzie.
De manera que morimos por lo que en verdad vale la pena vivir: decir las verdades y poner en ellas todo el compromiso ético que implica el oficio del periodista.