Cuestiona acercamiento con Cuba tras muerte de Zapata

Washington.- La muerte, tras una prolongada huelga de hambre, del preso político cubano Orlando Zapata, pone en cuestión la política de acercamiento y diálogo con el Gobierno de Cuba, afirmó hoy un editorial del diario The Washington Post.

El artículo sostuvo que "España, que ocupa la presidencia de la Unión Europea, ha abogado por una nueva política de cooperación con La Habana", y "en los últimos meses quienes proponen el levantamiento de las sanciones estadounidenses e internacionales contra Cuba han estado ganando ímpetu".

"El argumento es que la estrategia de aislamiento del régimen de (Fidel y Raúl) Castro ha fracasado, y que más comercio, más visitas de estadounidenses y más intercambio diplomático producirá mejores resultados", según el editorial.

"El acercamiento que proponen ya está en marcha: se ha levantado la suspensión de Cuba en la Organización de Estados Americanos, y el Gobierno de (el presidente Barack) Obama ha eliminado algunas restricciones a los viajes y las remesas de dinero" de cubanos en Estados Unidos a sus familias en la isla.

"Dado que la crítica de la vieja política hacia Cuba se sustenta en su supuesta ineficacia, parece justo preguntar: ¿da resultados la nueva política de acercamiento a Castro?", continuó el editorial.

"Una buena respuesta a esa pregunta salió el martes cuando Orlando Zapata, un preso político, negro, de 42 años, murió después de una huelga de hambre de 83 días", agregó.

Tamayo, un obrero de la construcción, fue uno de los 75 disidentes cubanos arrestados por el gobierno en marzo de 2003 y sentenciados a largos períodos de prisión.

El prisionero "había iniciado su huelga de hambre en diciembre en protesta contra las repetidas golpizas por parte de los guardias en la cárcel y para exigir que el gobierno reconociera su status como un ‘preso de conciencia’", adjudicado por Amnistía Internacional.

El editorial recordó que "mientras Zapata moría, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, llegaba a La Habana para otra reunión amistosa con los hermanos (Castro), la tercera en los últimos dos años".

"Abochornado, el presidente brasileño dijo que ‘lamentaba’ la muerte de Zapata", señaló el artículo. "Una pena que él y otros castrófilos no estuvieran dispuestos a hablar en defensa de Zapata antes de que muriera", concluyó.

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