Santo Domingo. – Los autobuses de la Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses (OMSA) están marcados por el deterioro, y visiblemente por falta de mantenimiento, acompañado de una creciente disminución de unidades en circulación en las principales rutas, lo que hace que el servicio sea deficiente.
Desde problemas como la ausencia de aire acondicionado hasta la escasez de autobuses en rutas esenciales, el servicio que por años ha sido vital para miles de capitaleños de escasos recursos, parece estar en franco retroceso y sentenciada a desaparecer.
En agosto de 2019, antes del cambio de gobierno, la OMSA movilizó cerca de 1.9 millones de usuarios. Un año más tarde, en agosto de 2020, en pleno auge de la pandemia de COVID-19, la cifra cayó drásticamente a 602,450 pasajeros.
Aunque se trató de un contexto excepcional, lo preocupante es que para mayo de 2025, la institución apenas reportó 867,913 pasajeros transportados, reflejando una tendencia sostenida a la baja.
Con la llegada del actual gobierno, se ha evidenciado una reducción significativa de unidades activas en corredores importantes como la 27 de Febrero, John F. Kennedy y Los Alcarrizos, donde el servicio prácticamente ha desaparecido. Esto ha obligado a la población a recurrir a alternativas más costosas y menos seguras, como las llamadas “voladoras”.
Además, han sido eliminadas rutas fundamentales en Santo Domingo y el interior del país, entre ellas los corredores de Barahona, La Máximo Gómez (Corredor de la Mujer), la Charles de Gaulle, la Churchill y la Núñez de Cáceres. Esta reestructuración ha impactado directamente el bolsillo de miles de usuarios que ahora deben pagar pasajes más elevados sin contar con las mínimas condiciones de seguridad o comodidad.
Hasta el momento, las autoridades no han anunciado un plan concreto para el relanzamiento o mejora del servicio, lo que deja en incertidumbre el futuro de un sistema de transporte público que en su momento fue clave para la movilidad de sectores vulnerables.